…y lo que me hace levantarme por las mañanas sigue siendo la espera de lo que está por llegar y no se anuncia, es la espera de lo inesperado, y no ceso de fantasear con lo que está por venir.
Javier Marías
Ahora estoy sentada frente al mar, la brisa besa mis labios y acaricia mi rostro, el sol broncea mi piel y respiro lentamente. Estoy escuchando mi voz interior, estoy meditando en la vida que llevo, en los consejos que he recibido y en el conocimiento que he adquirido, pero específicamente en las palabras de mi tía, una mujer empoderada, positiva, llena de sueños y con metas logradas.
Ella siempre me ha dicho: “la vida da mil vueltas” y tiene sus razones.
Estoy consciente de que muchos de los acontecimientos que nos marcan nos preparan para el futuro, un futuro incierto pero esperado como algo grande, como un interminable laberinto al que entraremos “mañana” sin saber la dirección correcta para encontrar nuestra salida, es un enigma difícil de entender y que poco a poco iremos comprendiendo, y así todo parecerá escrito por las manos de un gran autor, el tiempo.
Desde el lugar en donde he vivido toda mi vida, y con los años que tengo, puedo asegurar que todas las cosas nos ayudan a crecer, que siempre y cuando sean bien pensadas y sin dañar al prójimo te llevan a una cima.
Por un momento, una pelota de fútbol golpea mi pie derecho, y justo viene un niño a buscarla, se la alcanzo, y con un “Gracias” se va a continuar su juego, pues este es un lugar público donde vienen todos a relajarse, a divertirse y así cada cual de los que vivimos en esta sociedad continúa su juego con la vida.
Tanto que experimentar, tanto que hacer, y tan poco que he hecho que solo he esperado pacientemente, soñando y deseando, ensayando e imaginando con lo que puede llegar a mí, sin sentir temor porque la sensación más peligrosa que alguien puede sufrir en el presente es justamente el miedo al futuro, a lo que ocurrirá un día, y quizás no tengas el control de la situación que te afecte, pero siempre tendrás en ti el poder de superar, de enfrentar, de ganar cada lucha, y mover con tiernas pero firmes manos las piedras del camino.
Quiero decir que jamás debemos preocuparnos demasiado, porque un pensamiento negativo repetido mil veces en nuestra mente puede llegar a desestabilizar la salud mental del induviduo, puede una persona terminar estresada y muchas son las consecuencias del estrés para el ser humano.
Mejor es si pensamos con positividad, si hablamos con asertividad, si a nuestro desayuno diario le agregamos una gota de confianza, otra de valor y otra de voluntad, si a nuestra manera de ser le añadimos amabilidad, y diseñamos en nuestra cara unos ojos expresivos, con una sonrisa que denote alegría, que todos se percaten que no nacimos para ser derrotados, sino vencedores, que vinimos a este mundo a emanar más luz que la propia luna llena, que vinimos a brincar sobre un ayer que dejamos atrás, allá por los ríos del olvido, y que como recuerdo solo conservamos lo aprendido.
Mirando mi reloj, y viendo que llevo un poco más de tres horas contemplando el horizonte, parpadeando y dejando mis ojos completamente cerrados a instantes, fantaseando con el viaje que realizaré algún día o quizás aventurándome a lo desconocido, me levanto del banco en el cual he dejado parte de lo que ya es pasado y me dirijo hacia un señor vestido de incógnitas pero de bienaventuranza, el cual porta un letrero que lo describe perfectamente: inédito, y justo así es nuestro futuro.
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