Estás ahí
¿Qué pretendes?
¿Qué haces?
¡Fuera!
No insistas.
¡Ya no más!
Estoy cansada, muy angustiada.
Harta de tu presencia.
Ni siquiera sé qué intentas.
Estás ahí, latente, siento tu
agonía y arruinas mi alegría.
Estás ahí, y escucho tus suspiros ansiosos.
Estás ahí, queriendo enloquecer a mi cordura.
¡Basta!
¡Es suficiente!
No te quiero cerca.
¡Vete!
No me ayudas, no me apoyas.
No me alientas, solo persistes en herirme.
Estás ahí esperando el momento oportuno.
Quieres provocarme, lo sé, quieres que enmudezca, pero grito como fiera.
Estás siempre ahí, y aun así, soy yo quien tiene el control.
¡No, tú no!
Tú, haz silencio.
Tú, dime palabras que motiven mi espíritu.
Transforma tu amargura en versos, o tranfórmate en mil besos.
Si te mantienes oculta en
las profundidades de lo que soy, podré triunfar sobre ti.
Mantenerte a raya es complicado, y de vez en cuando un “cara a cara” es necesario para demostrarte que sigo al mando.
Tú, vuelve al pozo sin fondo,
no me hundas contigo,
no acepto que agarres mis ganas,
no admito que me arrastres por el lodo.
No tolero tu debilidad por encima de mi fortaleza.
Reconozco mi poder y mi talento; en cambio, tú, creces con la lluvia de mis
derrotas, pero ya no más porque voy en busca de relevantes victorias.
¡Aléjate o Lucha!
¡Muere o Calla!
Alguien va a ganar esta batalla,
y esa seré yo,
tu más temible adversaria.
Por: Olivia Perez
Compártenos tu opinión