Nuestro lenguaje nos ayudó a conquistar el mundo: ¿por qué? Hoy vamos a compartir un poco sobre la historia antropológica de los seres humanos, ¿quieres saber por qué fueron los Homo Sapiens y no otras especies animales quienes evolucionaron y se diseminaron por todo el mundo?
La aparición de nuevas maneras de pensar y comunicarse, hace entre 70,000 y 30,000 años, constituía una revolución cognitiva. Las causas más ampliamente compartidas sobre su origen son las mutaciones genéticas accidentales que cambiaron las conexiones internas del cerebro, debido a mecanismos de adaptación al medio, lo que les permitió pensar de manera sin precedentes y comenzar a comunicarse con un nuevo tipo de lenguaje.
Pero, ¿qué tenía de especial el nuevo lenguaje de los sapiens que nos permitió conquistar el mundo?
No era el primer sistema de comunicación. Cada animal sabe comunicarse. Incluso los insectos, como las abejas y las hormigas, saben informarse unos a otros de la localización del alimento. Tampoco era el primer sistema de comunicación vocal: muchos animales como especies de monos y simios hacen llamadas para advertir la presencia de un peligro; por ejemplo los monos verdes emiten un sonido al grupo que significa “¡Cuidado! ¡Un águila!” (Comprobado porque los investigadores reprodujeron una grabación de este sonido y todo el grupo de monos miraron espantados hacia arriba).
Los sapiens pueden producir muchos más sonidos distintos al de los monos verdes, pero ballenas y elefantes poseen capacidades igualmente impresionantes.
Entonces, ¿qué tiene de especial nuestro lenguaje?
La respuesta más común es que nuestro lenguaje es asombrosamente flexible. Podemos combinar un número limitado de sonido y señales para producir un número infinito de frases, cada uno con significado distinto. Por ello podemos absorber, almacenar y comunicar una cantidad de información enorme acerca del mundo que nos rodea. Un mono verde puede alertar ante la presencia de un león pero un humano podía describirles a sus compañeros la locación exacta del león y qué estaba haciendo.
Una segunda teoría plantea que nuestro lenguaje único evolucionó como un medio de compartir información sobre el mundo, pero la información más importante que era necesaria transmitir era acerca de los humanos, no acerca de los posibles depredadores. Nuestro lenguaje evolucionó como una variante de chismorreo. Según esta teoría, el Homo Sapiens es ante todo un animal social.
La cooperación social es nuestra clave para la supervivencia y la reproducción.
Más allá de conocer el lugar de sus posibles depredadores, para los humanos es mucho más importante saber quién en su grupo odia a quién, quién duerme con quién, quién es honesto y quién es tramposo.
La cantidad de información que se debe obtener y almacenar con el fin de seguir la relación es siempre cambiante, en un grupo de 50 individuos hay 1225 relaciones combinadas, y otras incontables combinaciones sociales complejas. Todos los simios muestran un fuerte interés por esta información social pero tienen dificultades en chismorrear de manera efectiva.
Probablemente, los neandertales y los Homos Sapiens arcaicos también tenían dificultades para hablar unos a espaldas de otros, una capacidad muy perniciosa que en realidad es esencial para la cooperación en grandes grupos. Las nuevas capacidades lingüísticas que los sapiens modernos adquirieron hace unos 70,000 años les permitieron chismorrear durante horas. La información fiable acerca de en quién se podía confiar significaba que los grupos pequeños podían expandirse en grupos mayores y los sapiens pudieron desarrollar tipos de cooperación más estrecha y refinada.
Fuentes:
Libro “Sapiens: de animales a dioses” por Yuval Noah Harari
Great book, Sapiens. Gracias por compartir.