La distancia que se acorta

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Psicología Clínica

La relación terapéutica, en cierto modo, es una herramienta de aprendizaje. En ella tenemos la posibilidad de apropiarnos de nuevas formas de análisis, nuevas  maneras de interpretación, nuevas alternativas de acercamiento a las realidades. Como en la mayoría de los espacios de este tipo de espacios, hay quien demora más para apropiarse de los conocimientos, hay quien solo necesita de pocos encuentros, están los que deben comprometerse más con los procesos docentes y también los que no consiguen mucho aún con compromiso y facilidad de aprendizaje. 

La educación a distancia se abre caminos. Incluso, relega a las formas más tradicionales de enseñar en algunos contextos y en otros parecen ir de la mano, se complementan. Plataformas digitales, redes sociales académicas, buscadores especializados, software para la gestión de la información científica  y todo un entramado de herramientas en líneas, reducen la distancia y relación profesor – estudiante y estudiante – estudiante.

Aún en algunos contextos, la asistencia psicológica continúa estigmatizada, a las personas le sigue costando dar el paso en dirección de la ayuda psicológica profesional, lo cual se conecta con la disposición a no saberse vulnerable. En países como Argentina, Perú, Chile, EE.UU, entre otros, esto ha cambiado, ellos han desarrollado una disposición positiva respecto a la terapia psicológica en sus distintas vertientes.  

He hablado hasta aquí de aprendizaje, de educación a distancia y del comportamiento reacio en relación con la práctica psicológica. Esta reflexión que nos compete intenta mostrar lo positivo de la alternativa a distancia en la relación terapéutica como un espacio de aprendizaje, así como una de las herramientas para su implementación. Un espacio que difumina la justificación de la distancia física, elimina la negativa de contar cara a cara las vulnerabilidades a un desconocido y que incluso tras un posible anonimato, saberse una persona con problemas no es una dificultad, ya que nadie puede identificarle como tal, pues, que no quepa duda: ese temor no tiene que ver en muchas ocasiones con la auto-aceptación sino con la aceptación del otro que juzga.

Esta propuesta de relación terapéutica a distancia y me estoy refiriendo a su vertiente más tradicional (salón cerrado, diván, paciente y terapeuta) se puede desarrollar bajo las regulaciones y dinámicas de una consulta elemental. Hago la salvedad de la vertiente tradicional porque entiendo que, por ejemplo, una dinámica de grupo con actividades lúdicas tan eficientes en la terapia infantil es más propicia desde esta concepción legendaria. 

Las técnicas narrativas han sido sumamente efectivas en los procesos de acompañamiento psicológico. Pero no solo las que se sustentan en la palabra hablada sino también aquellas que se conectan con el discurso escrito. La exteriorización de los discursos interiorizados, propios de las terapias conversacionales y de la clínica en general se consigue también desde el relato escrito. Esto es algo que los poetas y literatos saben bien. Freud también lo constató al realizar análisis de autores consagrados de la literatura para el desarrollo de su teoría. En la palabra escrita se evidencian las significaciones de las experiencias individuales, en la medida en que se exteriorizan esos discursos internos.    

Los estudios grafológicos son muy efectivos en el análisis de los textos, estos vienen a suplir la ausencia de la información que  brinda el lenguaje corporal y permiten identificar contenidos relevantes del proceso terapéutico, usualmente valorados en la terapia tradicional: incongruencias, repeticiones, actos fallidos, resistencias, etc. 

Hablamos entonces de una relación de interinfluencia en línea a través de mensajes que demanda del analista un conjunto de habilidades para depurar una narrativa tal cual se lleva a cabo en la consulta tradicional. Se trata en definitiva de la creación de un espacio transferencial a través de la conversación digital, que permita la exteriorización de esos contenidos interiorizados, esos que en ocasiones nos acercan a la tristeza y en ocasiones a la felicidad.

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SicologiaSinP.com - Daniel González Vega

Licenciado en Psicología

Licenciado en Psicología por la Universidad de La Habana, Profesor de La Escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas (ELAM). Líneas de investigación: Psicología Clínica y Psicología Oraganizacional en las que realizado trabajos y prácticas pre y profesionales en institutos como la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana, El Centro de Orientación y Atención Psicológica, Hospital de Día de Arroyo Naranjo. [...]