Antes de responder esta importante pregunta, debemos definir algunos conceptos subyacentes, tales como: ¿Qué es la «mente?»; ¿Cómo es una persona «mentalmente sana?» ¿Cuál es la diferencia entre una «enfermedad física» y una «enfermedad mental»?
¿Qué es la mente?
Para los filósofos, para muchos psicólogos y desde el punto de vista religioso, existen conceptos diferentes para la mente, la psiquis, el espíritu y el alma.
La medicina, la psiquiatría y la psicología tal y como se practican en general, no profundizan en la diferenciación entre estos cuatro importantes conceptos; por lo tanto nos centramos fundamentalmente en la mente. Para que ahondes en tales conceptos debes recurrir a otras fuentes de conocimiento y crecimiento personal que nuestra cultura te brinda.
Para nuestros fines, definamos la mente como un conjunto de funciones que se derivan directamente de la actividad del sistema nervioso e incluyen la conciencia, memoria, sentimientos, pensamientos, percepción de estímulos externos e internos, el lenguaje, inteligencia y juicio. Concebir la mente de esta forma no excluye en absoluto áreas fundamentales de la existencia como la espiritualidad, la noción de Dios, la conciencia social y universal, etc.
¿Cómo definimos la salud mental?
No poseemos una definición “oficial” de salud mental, dado que tal concepto está influenciado por notables diferencias culturales, aspectos subjetivos y por diferencias en las concepciones de las diversas teorías médicas, psicológicas, antropológicas y sociológicas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como un estado de bienestar en el cual el individuo desarrolla sus propias capacidades, puede enfrentar las tensiones normales de la vida, puede trabajar productivamente y es capaz de contribuir al bienestar de su comunidad. También se ha definido como la habilidad de tener un trabajo, tener una familia, no tener problemas con la ley, y por lo tanto no hacer daño al prójimo, y disfrutar de las oportunidades placenteras de la vida. Cualquiera de las situaciones descritas, y que constituyen motivos para asistir a nuestra consulta pueden afectar negativamente tu salud mental. Para las personas de mayor edad la salud mental implica poseer un grado adecuado de Bienestar a pesar de la disminución del vigor físico, de las enfermedades y de la ausencia de seres amados.
¿Qué es una enfermedad mental?
En la actualidad es común utilizar el término «trastorno» en lugar del de «enfermedad» mental. El manual de la Asociación Norteamericana de Psiquiatría (APA) define el trastorno mental como un conjunto de manifestaciones psicológicas y/o conductuales que se asocian con malestar significativo o discapacidad en los aspectos personales, sociales, laborales, emocionales, físicos o espirituales, aumenta el riesgo de sufrimiento, muerte o incapacidad, y disminuye la libertad personal.
Como puede observarse, esta definición es muy amplia, y ello explica el por qué la lista de trastornos mentales es tan extensa y variada.
El manual diagnóstico norteamericano, así como los criterios de la OMS diferencian entre los trastornos de personalidad y los llamados trastornos mentales mayores como la depresión severa, la esquizofrenia, la demencia, el trastorno bipolar, el abuso y dependencia de drogas y alcohol, etc. Ambos trastornos coexisten a menudo en la misma persona y pueden estar relacionados.
Con frecuencia ocurre que luego de superado un trastorno mental mayor, debas abordar las alteraciones
de tu personalidad. Es probable que si modificas algunos elementos de tu personalidad, puedas incluso manejar de mejor manera cualquier otra enfermedad mental o física.
Diferencia entre trastorno físico y trastorno mental
Esta es una pregunta que con mucha frecuencia ustedes y nosotros, los profesionales de la salud, nos hacemos. En algunas ocasiones la respuesta es sencilla; en muchas otras no la poseemos.
Para comenzar, es necesario señalar que con base en la definición simple y práctica de los procesos mentales que dimos anteriormente, la mente y el cuerpo forman una Unidad Indivisible. Sin embargo, no poseemos aún el lenguaje adecuado para describir esa unidad, por lo que mantenemos artificialmente la separación entre las dos. Sin embargo pensamos que en la mayoría de las situaciones clínicas que observamos están afectados tanto el cuerpo como la mente.
En conclusión, desde el punto de vista científico, la definición de trastorno mental es relativamente simple, y tal vez decepcionante desde el punto de vista intelectual. Nos ayuda sin embargo, la definición que dimos anteriormente de Mente.
Conclusión: ¿En qué se diferencia una persona mentalmente sana de una mentalmente enferma?
Tanto el concepto de salud mental como el de trastorno mental se refieren a «prototipos», es decir modelos ideales y/o esenciales, que por lo general no existen en la realidad. En la práctica concebimos que una persona sana:
- No tiene emociones negativas duraderas que le perturben su vida cotidiana, tales como ansie- dad, tristeza, rabia, miedo, vergüenza, etc;
- Puede mantener relaciones interpersonales, familiares y sociales en general afectuosas y estables;
- No presenta conductas destructivas hacia sí mismo o hacia los demás;
- Trabaja en forma productiva;
- Sus capacidades intelectuales (memoria, inteligencia, juicio, lenguaje) son adecuadas.
- Mantiene un nivel razonable de bienestar.
Es poco probable que alguien cumpla de manera perfecta con todos los criterios señalados de salud mental. De igual forma, en muchas personas que consideramos afectadas de un trastorno, algunas de estas áreas están muy desarrolladas, incluso más que en la mayoría de los que nos consideramos sanos.
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