El acto sexual sigue un ciclo de cinco fases: deseo, excitación, orgasmo, resolución y satisfacción . Cuando una o varias de estas fases se ven alteradas hablamos de disfunción sexual.
La disfunción eréctil es una afectación en la respuesta de excitación del hombre, lo que dificulta o incapacita lograr o mantener la erección del pene. Sin embargo, cuando se denomina “disfunción” no se refiere a un momento transitorio u ocasional.
A menudo no se tiene presente que una falta de erección puede ser totalmente normal, provocando altos estados de ansiedad que pueden acarrear en una disfunción real. Esto sucede porque la erección representa la validación de la masculinidad y el nivel de atracción hacia la pareja. Sin embargo, es importante entender que no lograr o mantener dicha erección no tiene correlación con la calidad de la hombría y rara vez el problema es la pareja.
Algunas de las razones que podrían afectar la calidad de una erección en un momento dado son:
- Estados de humor negativos como estrés, ira, ansiedad, depresión, etc.
- Uso de antidepresivos, pastillas para dormir, antihistamínico, etc.
- Discusiones y dificultades en la comunicación de pareja.
- Consumo de alcohol, nicotina u otras sustancias psicotrópicas.
- Estilos de vida poco saludables y sedentarios.
Ahora bien, una disfunción eréctil como tal es un problema que prevalece en el tiempo; concierne a salud pública, pues afecta la calidad de vida de los hombres que la padecen. Y es un trastorno mucho más común de lo que se cree, afectando a más de 12 hombres de cada 1000, al año.
El hecho de que la erección sea insuficiente o no surja desencadena dos respuestas: distracción y respuestas de ansiedad o “defensa-huida”.
La ansiedad es una respuesta psicofisiológica que tiende a aparecer ante la percepción de peligro real o imaginario. Las respuestas implican defendernos del peligro o huir de él. El desempeño sexual se convierte en fuente de ansiedad porque produce un estado de alerta ante “el peligro de una falla”. Esto provoca la liberación de noradrenalina, la cual genera reacciones fisiológicas que disminuyen la intensidad de la erección. En los sujetos disfuncionales, se observan exigencias y fracaso anticipatorio, mientras que en los sujetos funcionales la erección es resultado de pensamientos eróticos (Nobre & Pinto, 2000 en Manzano & Yulis, 2004).
No es la ansiedad por sí sola la responsable de iniciar o mantener las dificultades sexuales, sino que realmente afectan las alteraciones de los procesos de atención y percepción. La distracción es un proceso mental de la atención que implica la dificultad de concentrarse ante un objeto específico. En el caso de la disfunción eréctil el hombre centra su atención en circunstancias no generadoras de excitación como: temor al fracaso y obligación de obtener una erección. Los hombres funcionales, en cambio, se concentran en las partes erógenas de su pareja, en conductas de seducción y la anticipación del placer.
Estas distracciones y ansiedades pueden ser alimentadas por actitudes y pensamientos aprendidos en el contexto sociocultural; ya sea por una educación moral y religiosa restringida, inadecuada educación sexual, relaciones deterioradas con los padres, experiencias sexuales traumáticas, entre otras. Entre los pensamientos y actitudes disfuncionales, se incluye:
- Temor a la representación de falta de masculinidad o imagen de homosexualidad.
- Creencias disfuncionales con respecto a la sexualidad y el acto sexual como: necesidad de una penetración para cumplir con el acto sexual, hombre como encargado de la satisfacción femenina, entre muchas otras.
- Temor por ser ridiculizados por la pareja.
- Conflictos y dificultades de comunicación con la pareja.
- Desconocimiento de la anatomía sexual y de la necesidad del preámbulo y optimización del placer.
Algunas recomendaciones ante la disfunción eréctil:
- Eliminar los posibles factores de riesgo: estrés, ingesta de alcohol o sustancias psicotrópicas, etc.
- Mantener un estilo de vida saludable: actividad física, alimentarse sanamente, controlar el sobrepeso, eliminar el tabaco, control de enfermedades crónicas.
- Informarse al respecto de la disfunción. Una vez que se conocen las características del padecimiento se puede trabajar sobre éste.
- Ser consciente de las actitudes y pensamientos disfuncionales que se encuentran de base. Comprender hasta qué punto son ideas irracionales o mitos que limitan el rendimiento y generan ansiedad.
- Reestructurar los pensamientos y actitudes disfuncionales.
- Fomentar el autoconocimiento. Conocer lo que disfruta el propio cuerpo para la excitación y disfrute sexual, esto a la vez fomenta la comunicación con la pareja y el goce de ambos.
- Mantener adecuada comunicación y apoyo de la pareja.
- Establecer un espacio y conducta relajada para el acto sexual.
- Acudir a terapia, en la misma se fomenta la reestructuración de las ideas irracionales o disfuncionales, se enseñan técnicas para descentrar la atención y ejercicios de relajación para aliviar la ansiedad.
Bibliografía
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Manzo, C., & Yulis, C. (2004). Actualizaciones en terapia sexual. Terapia Psicológica, vol. 22, núm. 2, 193-203.
Pombo, R. (s.f.). Disfunción eréctil de causa psicológica. Obtenido de PLENUS Centro Médico Sexológico: www.plenus.com.uy
Rodríguez, O. (2010). Relación entre satisfacción sexual, ansiedad y prácticas sexuales7. Pensamiento Psicológico, vol. 7, núm. 14, 41-52.
Rubio, E. (2014). Disfunciones sexuales del hombre. En E. Rubio, Lo que todo clínico debe saber de sexología (págs. 45-64). México: Edición y Farmacia SA de CV.
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