Modelos explicativos acerca del origen de las adicciones

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Adicciones, Psicología Clínica

En este trabajo tenemos la intención de resumir brevemente los planteamientos de diversos autores que elaboraron o se aproximaron al estudio de los modelos explicativos del origen de las adicciones, de su prevención y de la recuperación del adicto. No se pretende abarcar toda la información que sobre ese particular existe, sino motivar para la revisión de los textos originales de los autores citados. Por esa razón se prefirió reproducir los fragmentos más ilustrativos de cada artículo y recrear solamente aspectos específicos. 

Desde una perspectiva general dos modelos han predominado en el estudio de las adicciones: el modelo biomédico y el modelo biopsicosocial. 

El Modelo biomédico tradicional postula que la dependencia a una o varias drogas es una enfermedad crónica de carácter recidivante. Las consecuencias de esta perspectiva son en primer lugar que no hay recuperación en ausencia de tratamiento. El carácter crónico del trastorno y la pérdida de control asociada hacen que el paciente drogodependiente fracase en sus múltiples intentos de dejar la sustancia por sí mismo. El tratamiento por tanto es la única respuesta posible.

No se aplica el concepto de curación, ya que la supuesta vulnerabilidad biológica siempre está presente y pueden ocurrir recaídas. Dichas recaídas no deben ser vistas como un fracaso del tratamiento sino como el resultado de la evolución crónica del trastorno en su relación con una supervisión y un tratamiento continuados en el tiempo. En este sentido, las recaídas son pruebas de la existencia subyacente crónica del trastorno. Por otra parte, no hay posibilidad de mantener un contacto autocontrolado permanente con la droga. El objetivo del tratamiento debe ser siempre la abstinencia, dado que el contacto del sujeto con el tóxico producirá la inmediata recaída. Desde esta perspectiva, se considera imposible el consumo controlado de las personas que han sido dependientes de una sustancia mediante la argumentación de que o bien estamos ante un diagnóstico insuficiente o erróneo, o bien hay que dudar de la exactitud de los informes.

Por otro lado, el Modelo biopsicosocial entiende la drogodependencia como una conducta o hábito regulado por factores biológicos, psicológicos y sociales. Según este modelo, la conducta adictiva o la drogodependencia no es una condición crónica del individuo, sino el resultado de la interacción de determinantes psicológicos, biológicos y sociales en un momento dado. En consecuencia con esta perspectiva puede haber recuperación en ausencia de tratamiento. El paso de un consumo de riesgo a uno de bajo riesgo o la abstinencia es un fenómeno bastante común. Al igual que sucede con el fenómeno de recuperación natural en las neurosis, las adicciones pueden evolucionar favorablemente si se producen las condiciones que determinen el cambio de conducta. No todos los sujetos pueden modificar su comportamiento adictivo sin ayuda externa, bien debido a la gravedad del hábito o al deterioro grave de sus condiciones personales y sociales. Pero la recuperación natural parece el camino que sigue la mayoría de las personas que tienen “problemas” con las drogas.

La recaída durante el tratamiento es el resultado de la interacción de los distintos factores que determinan la presencia del hábito. No debe ser vista como una evidencia de una vulnerabilidad biológica subyacente, sino como la evidencia del fracaso de los mecanismos de afrontamiento del sujeto frente a los condicionantes contextuales de su conducta. El objetivo del tratamiento puede ser el consumo controlado. Como en el caso de la recaída, la incapacidad de autocontrol no es una característica crónica de una persona, sino que debe verse como el resultado de las determinantes contextuales y la capacidad de afrontamiento.

Explicar el origen de las adicciones resulta complejo. Se han esgrimido causas biológicas, psicológicas y sociales como determinantes del comportamiento adictivo. Por ejemplo, entre las causas biológicas se destacan las vías de iniciación constitucional y sintomática, entre las causa psicológicas se señalan las llamadas vías evasiva, asertiva y hedónica, y finalmente entre las causas sociales se identifica la sociocultural. Desde una perspectiva específica las teorías explicativas del origen de las adicciones han sido básicamente la teoría del aprendizaje social y la teoría de la conducta problema.

La teoría del aprendizaje social propuesta por Albert Bandura (1999) intenta ir más allá de la consideración de la conducta humana como respuesta a estímulos que proponía el conductismo. El aprendizaje de conductas se produce siempre en un marco social. Esto implica que además de aprender las normas de conducta por medio de las reacciones que los demás tienen ante sus actos, los niños adquieren los modelos de comportamiento adecuados por observación, viendo a los otros actuar. Este último medio de aprendizaje se ha llamado también imitación o modelado, ya que los niños copian el comportamiento de aquellas personas que, por su aceptación social, lugar importante en su mundo, etc., se convierten en modelos de conducta apropiada.

Albert Bandura

El modelamiento alude al mecanismo de aprendizaje que se encuentra basado en la observación de conductas de otros sujetos y a su posterior puesta en práctica por parte del observador. Este mecanismo es muy eficiente y rápido, por cuanto conductas extremadamente complejas pueden ser aprendidas por un sujeto luego de una o muy pocas exposiciones. La noción de modelamiento comprende dos subprocesos: uno de observación y otro de desempeño. En el primero, el sujeto almacena la información captada dentro de un mapa cognitivo propio. Mientras más modalidades sensoriales participan en la observación, la nueva conducta es aprendida más eficientemente. En el segundo subproceso, la eficiencia del desempeño se encuentra determinada en gran medida por las expectativas de refuerzo de la nueva conducta. 

En cuanto al rol de este proceso en la génesis de las conductas adictivas, el modelamiento ha sido fuertemente implicado en la transmisión transgeneracional del consumo de sustancias y también en la iniciación del consumo de sustancias en adolescentes, una vez que son expuestos al consumo de sus pares. Por su eficiencia como proceso de aprendizaje, el modelamiento ha sido frecuentemente utilizado como estrategia terapéutica en programas de prevención de recaídas. Los pacientes que cuentan con falta de asertividad o pobres habilidades de rechazo ante la oferta de sustancias se ven muy beneficiados de conocer las estrategias de enfrentamiento desarrolladas por otros pacientes, siendo el role-playing una técnica altamente valiosa en este sentido.

De acuerdo con Albert Bandura la conducta humana no solo se manifiesta a través de actos observables, sino también por pensamientos y emociones, a los que considera conductas encubiertas. Para ese autor, dichas conductas encubiertas cumplen la función de guiar y moldear las conductas observables. El ambiente y la experiencia pueden modificar las cogniciones y emociones, cerrando un circuito de mutuas influencias. Esta concepción de los pensamientos y emociones como conductas encubiertas constituyó una verdadera revolución dentro de la teoría del aprendizaje, pues significó abordar la tarea de investigar lo que había en la mente humana. 

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