La importancia de calmar tu mente antes de ir a la cama

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Psicología Clínica

Movimiento, dinamismo, prontitud, velocidad, rapidez. Son todos estos, algunos elementos que hacen distintiva la época que vivimos. Si nos detenemos a analizar cualquier ámbito de la vida, podríamos darnos cuenta con relativa facilidad de las exigencias cada vez más crecientes que nos demanda nuestra existencia.

La vida actual se encuentra en un proceso constante de construcción y deconstrucción de paradigmas, una especie de renovación y reemplazos de procederes y maneras de actuar. Se necesita en muchas ocaciones estar armado de una coraza antiemociones para poder enfrentar con mayor ímpetu la gran cantidad de elementos provocadores de ansiedad y angustia emocional que se generan a diario. Las consecuencias de dicha ansiedad son causadas por algo que nos distingue como seres humanos, el sentimiento de inseguridad hacia lo nuevo y lo desconocido. 

Dentro de ese movimiento desenfrenado en el que andamos, una de las actividades que requiere mayor atención, dedicación y entrega es el trabajo. El trabajo es considerado como un derecho humano social, me atrevería a apuntar que, más allá de un derecho humano, el trabajo se ha convertido hoy en día en la actividad fundamental, que de cierta manera, implícita o explícitamente, rige el comportamiento del hombre. Existe una frase de Facundo Cabral que de manera irónica, nos brinda una mirada hacia el yugo vinculado a la responsabilidad laboral, Mira si será malo el trabajo, que deben pagarte para que lo hagas. 

El trabajo y el cúmulo de responsabilidades laborales que de él se derivan comienza a convertirse en perjudicial cuando conscientemente o no, lo hacemos extensivo al hogar. La seguridad, el descanso, y la desconexión del ambiente laboral que nos brinda el hogar es una necesidad de la que no se debe prescindir. Romper con esta armonía, a la larga puede acarrear malas consecuencias. Resulta vital hacer los tiempos para la pareja, los hijos, la familia y el autocuidado personal. De no lograr esto estaría sucediendo un daño irreparable, al final del día andaríamos llevando a cuestas todas las preocupaciones a la cama.  

John Fante

Si durante el día no encontramos un momento para pensar en las preocupaciones, los pendientes, los planes, las fantasías y las dudas, todos estos elementos se irán a la cama con nosotros y por supuesto, quedarán sin resolver. John Fante, lo resume de forma magistral con una frase de su libro: Pregúntale al polvo, Era un gran problema, merecedor de la más profunda atención. Lo resolví apagando la luz y echándome a dormir. 

Entendimos la idea de expresar todo lo anterior para dar paso de manera directa a lo que sería la clave de este escrito, ofrecer elementos necesarios para intentar calmar la mente justo antes de ir a la cama. 

  • Date un intervalo de 15 a 30 minutos durante el día para abordar las preocupaciones.
  • Transfiere pensamientos persistentes de tu cerebro al papel.
  • Camina por una escena imaginaria.
  • Concéntrate en tu respiración y tu cuerpo.
  • Escucha un audiolibro o un podcast.
  • Lee.
  • Escucha música relajante.

Hacer un esfuerzo por calmar tu mente antes de ir a dormir va a influir en la calidad de tu descanso físico y psíquico. El profesor de psiquiatría de la Universidad de California, Thomas Neylan, quien estudia el papel del sueño en la salud metabólica y cognitiva, expresa que: “El sueño de baja calidad está asociado con problemas cognitivos, así como con una gran cantidad de problemas físicos”. Por tanto, si estás sobrepreocupado intenta llevar a la práctica los consejos que te brindamos con anterioridad. 

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