¿Cómo es la atención de problemáticas psicológicas en la infancia? Dificultades del desarrollo psicomotor

Comenta Por: Roxanne Castellanos Cabrera

Hablar de hiperactividad es hacer referencia a la que con frecuencia suele ser una de sus características: las dificultades del desarrollo psicomotor. Pero son muchos los niños, y no solo los hiperactivos, los que presentan este rasgo. Desde que son muy pequeños aparecen las primeras evidencias, aunque para la familia suelen pasar inadvertidas ya que solo se trata de pequeños retrasos en la adquisición de logros motores como el sostén de la cabeza, alcanzar por sí solo la posición de sentado, ponerse de pie, el gateo y la marcha. Cuando un niño posee un buen desarrollo psicomotor, por regla general, al cumplir el año de vida ya puede dar pasitos sin ayuda del adulto, lo cual ocurriría con cierto retraso de existir alguna dificultad en esta esfera.

Al llegar al preescolar comienza a notarse de un modo más claro la característica del niño. Se dificulta el rasgado, el dibujo, el modelado de plastilina, la realización de trazos y todas aquellas tareas que involucren el trabajo con las manos y dedos. El conjunto de estas actividades se conocen como motricidad fina. También estos pequeños suelen ser torpes, se caen con frecuencia, no tienen muchas habilidades para los deportes y en general para los movimientos grandes del cuerpo, los cuales se denominan motricidad gruesa. Sin embargo son los primeros, los de la motricidad fina, los que suelen llamar más la atención de maestros y padres debido a que inciden de modo significativo en el proceso docente.

Las dificultades del desarrollo psicomotor requieren entrenamiento para lograr mejores niveles de desempeño: rasgar, recortar, dibujar, modelar con barro o plastilina y todo aquello que tenga que ver con la ejercitación de los movimientos de las manos y dedos. También se recomienda la práctica de deportes. Sin embargo en estos pequeños, con independencia del entrenamiento, suelen persistir algunas de estas deficiencias. Suelen ser lentos para la escritura de números y letras, se cansan fácilmente, pueden dejar inconclusas las tareas de esta índole como resultado del agotamiento.

Cuando un niño presenta un déficit del desarrollo psicomotor, se hace evidente desde los primeros años de la escolarización, especialmente en el aprendizaje de la escritura de letras y números. La capacidad intelectual se mantiene intacta; no hay ninguna dificultad para comprender y razonar. Si no se conoce de la existencia de la debilidad motora; si al menos no se piensa en esta posibilidad y de ser preciso se acude a un psicólogo para que realice un diagnóstico certero, puede entenderse de modo incorrecto que el menor presenta problemas de aprendizaje relacionados con un mal funcionamiento de los procesos cognitivos, especialmente el pensamiento y la atención. También puede comenzarse a ver como desinterés escolar, indisciplina y mal comportamiento. Por eso es importante que el maestro sea capaz de discriminar en cada caso y elaborar correctamente la estrategia de atención a las características individuales. La familia debe apoyar esta labor realizando con el menor el entrenamiento indicado.

Maestros

Los niños con dificultades del desarrollo psicomotor suelen presentar problemas en el aprendizaje de la escritura de números y letras así como al realizar todo tipo de tareas que involucran los movimientos de manos y dedos.

Es importante tener en cuenta este tipo de problema para no confundirlo con afectación de la capacidad intelectual, desinterés escolar y/o indisciplina.

Al tener claro que un alumno presenta dificultades motoras, debe realizarse una estrategia de entrenamiento psicomotor y solicitar apoyo a la familia en este sentido.