¿Cómo gestionas el estrés?

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Psicología Clínica

El estrés, más allá de ser un estado pasajero que nos mantiene alertas ante ciertas circunstancias se ha convertido en el gran compañero de nuestro estilo de vida. Un poco de estrés es saludable, porque nos impulsa a ser profundamente efectivos y eficientes, pero si lo mantenemos por mucho tiempo trae graves consecuencias para nuestro organismo y por supuesto, para nuestra salud mental.

Para saber a qué nos referimos exactamente cuando hablamos del estrés consultemos el libro Descubriendo a la Psicología 2 del profesor Manuel Calviño:

“Al estrés lo podemos resumir como un estado vivencial displacentero sostenido en el tiempo, acompañado en mayor o menor medida de trastornos psicofisiológicos que surge en un individuo como consecuencia de la alteración de sus relaciones con el ambiente, que impone al sujeto demandas o exigencias, las cuales objetiva o subjetivamente, resultan amenazantes para él y sobre las cuales tiene o cree tener poco o ningún control” (Zaldívar, 2007: 30-31)

Ante cualquier situación estresante que vivamos, la psiquiatra Marian Rojas-Estapé recomienda hacer un pequeño diagnóstico de uno mismo, reconocer cómo reacciona tu cuerpo y qué señales envía. Hay muchas formas de expresarlo y debemos darnos cuenta, de si somos de los que nos tiembla el párpado, nos sudan las manos, sufrimos cambios en la piel, tenemos problemas digestivos, etc.

Luego es imprescindible preguntarse: ¿Cuáles son los factores que me estresan? ¿Qué me pone en modo alerta? Pueden ser personas, cosas, recuerdos, momentos, circunstancias. Cuando uno conoce cuáles son sus factores de estrés, va a saber cómo se transforma su personalidad ante él.

¿Qué factores de los que están en nuestro control cambian los niveles de estrés? 

– La alimentación: se ha demostrado que la alimentación inadecuada inflama y altera a nuestro organismo. Por lo tanto, hay que intentar comer lo mejor posible, que la comida mala sea la excepción y no la regla.

– El hábito del sueño: Durante el sueño reparamos nuestra mente, nuestro organismo, nuestro sistema inmunológico, guardamos los recuerdos acumulados en el día y completamos otros procesos cerebrales. Tenemos que deshacernos de estímulos como las pantallas, las llamadasy el trabajo horas antes de dormir, y preferir una conversación relajada que nos vaya preparando para conciliar el sueño. También es imprescindible dormir mínimo 7 horas diarias para cumplir con el ciclo del sueño.

– Ser ordenados y limpios: vivir y trabajar en un ambiente limpio y ordenado te asegura cierta tranquilidad que ayuda a eliminar el estrés.

– La calidad de tus pensamientos: atraer preocupaciones, miedos e inseguridades que no están en nuestro control solo hará que nos estresemos más, por ello debemos enfocarnos en lo que sí podemos controlar: nuestros pensamientos y nuestra conducta. La forma en que nos hablamos va a influir en cómo enfrentaremos una situación estresante, siempre tenemos la posibilidad de escoger alentarnos y hacernos sentir seguros de nosotros mismos y de nuestras capacidades.

Inevitablemente todos estamos expuestos a vivir situaciones estresantes y surge la cuestión principal, ¿cómo podemos gestionar nuestros niveles de estrés? 

– Lleva un diario: te ayudará a entender e identificar las causas del estrés además de que es un tiempo que te dedicas a ti mismo. Puedes por ejemplo responderte estas preguntas todos los días:

¿Por qué me siento agradecido?

¿Qué ha sido lo mejor que me ha pasado?

¿Qué tengo ganas de hacer?

¿Qué me preocupa?

¿Cómo puedo solucionarlo?

– Proponte un objetivo que consideres un reto y divídelo en pequeñas partes: Recuerda redefinir tus objetivos cuando te parezcan inalcanzables, porque en este caso solo atraerás frustraciones.

– Medita, relájate y reconecta con tus pasiones en la vida (ikigai según la cultura japonesa): “Quien tiene un porqué para vivir, encontrará casi siempre el cómo”, esta frase de Niestzche nos recuerda la importancia de tener claro un propósito de vida para poder encontrar los medios que nos alcancen hasta ella y nos ayuden a sobrellevar todos los obstáculos.

– Ejercicio físico: el ejercicio prácticamente evapora el cortisol (principal hormona que segrega nuestro organismo bajo situaciones de estrés). Practicar deporte además de todos los beneficios físicos que sentimos nos desconecta de las presiones diarias y nos despeja la mente.

– Buscar actividades sanas que promuevan nuestra creatividad: como dibujar, hacer manualidades, etc.

– Reconoce al descanso como parte del proceso productivo: no podemos ser excesivamente efectivos todo el tiempo, dedica según puedas pequeños intervalos a desconectar de lo que estás haciendo y resultarás más eficiente al final.

Dedícale tiempo a tu familia y tus amistades: alimentar y fortalecer tus relaciones personales es fundamental para construir nuestra felicidad, recuerda acudir a ellos ante situaciones de emergencia.

Fuentes

  • Libro Descubriendo a la Psicología 2 de Manuel Calviño.
  • Entrevista a la psiquiatra Marian Rojas-Estapé (autora del libro Cómo hacer que te pasen cosas buenas) en el proyecto Aprendemos Juntos : “El cerebro, nuestro mejor aliado para el estrés”.

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Graduada del Instituto Preuniversitario de Ciencias Exactas Vladimir Ilich Lenin de La Habana, Cuba. Actualmente me encuentro cursando el primer año de la carrera de Psicología en la Facultad de la Universidad de La Habana. [...]