Situación del beso

El beso puede tener varias funciones, normalmente lo usamos para saludar o como muestra de amor y cariño. Cuando se trata de saludar, los besos no tienen las mismas tradiciones en todas partes del mundo. Por ejemplo, en España o en Italia la tradición para saludar es darse dos besos suaves en la mejilla, con un leve roce de la piel de la cara. En Rusia, se dan tres besos o incluso, dependiendo de la región, pueden llegar hasta seis besos. En otros países como Alemania, Suiza, Bélgica u Holanda la tradición suelen ser tres besos. En Reino Unido, no se dan besos para saludar habitualmente, sino que se estrechan las manos en señal de saludo. Otros besos conocidos son los besos de los esquimales, los cuales se rozan la nariz para besarse. También, en Polinesia las mujeres no besan en la boca a sus parejas, si no que juntan sus narices y aspiran durante unos instantes. En América Latina normalmente se dan solo un beso en la mejilla o se dan la mano, excepto en Argentina, donde los hombres se dan dos besos en señal de saludo. Sin embargo, hay otras tradiciones donde no se dan besos, es el caso de Japón o China. En Japón, por ejemplo, se saludan inclinando la cabeza. En otros continentes como la India juntan las manos y dice la palabra ‘Namaste’.La situación que analizamos expone que el beso constituye una muestra de amor y cariño, así como lo usamos normalmente para saludar.

Cotidianamente puedes observar múltiples manifestaciones emocionales que se expresan a través del movimiento: hay quien da un puñetazo, un portazo o sale corriendo ante situaciones de enfado, ira o rabia. Hay quién llora, salta de la alegría, etc.

Solemos besar generalmente como expresión conductual de una emoción como, por ejemplo: el aprecio en un saludo.

En algunos países las personas se estrechan las manos para saludarse o realizan una reverencia, es decir, realizan movimientos corporales en la expresión de emociones ante una situación agradable como un reencuentro.

Debemos reafirmar que las emociones son procesos centrales y complejos tanto en la preservación de la especie humana como en la configuración sociocultural, respuestas globales en las que intervienen distintos componentes como: fisiológicos, cognitivos, conductuales (como el beso). Para entender el papel de las emociones en nuestra vida no sólo debemos tener en cuenta sus aspectos psicobiológicos y la función de adaptación que cumplen, sino también es necesario entender que estas se construyen en un contexto social y simbólico.

La forma de saludar con un beso, dos, la reverencia o el estrechamiento de manos constituyen expresiones conductuales de la emoción que también se encuentran condicionadas por la cultura y el contexto social. Es por esto por lo que mientras en nuestro país generalmente se suele saludar con un beso en la mejilla, en Rusia se dan tres, en Reino Unido no se dan sino se estrechan las manos, etc.

Otras formas de expresión conductual de las emociones pueden ser: la prosodia afectiva del lenguaje, la ejecución de las expresiones faciales, movimientos corporales, tono de voz, volumen, ritmo, etc. La mayoría poseen gran utilidad especial comunicativa.

Existen variadas estructuras neurales implicadas en tareas emocionales, algunas de ellas conforman el Sistema Límbico (área ventral tegmental, núcleo accumbens, hipocampo, núcleos septales laterales, corteza frontal, amígdala, corteza orbitofrontal) y junto con otras estructuras procesan los estímulos emocionales y los integran a funciones cerebrales complejas como la expresión.

Como dat curioso, en el beso típico entre parejas participan aproximadamente 34 músculos de la cara y se desatan numerosas reacciones neuroquímicas liberando dopamina, oxitocina, etc.