Regresando a la escuela

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Psicología Clínica

Ya con el nuevo curso tocando puertas, queremos motivar algunas reflexiones sobre la escuela y el desarrollo psicológico infantil. 

Durante los meses de septiembre y octubre es común un incremento de la demanda asistencial en los servicios de psicología infantil. Una parte importante de ellas se relacionan con dificultades de adaptación. Todos los niños, incluso los más adaptables, experimentan un poco de ansiedad en los primeros días del curso. Las emociones suelen ser más intensas, expresando la significación –tanto positiva como negativa-  que para el infante implica el reinicio de las actividades escolares: reencuentro con maestros, compañeros de aula, nuevas exigencias y expectativas con las cuales cumplir.  

En el caso de los que comienzan su vida escolar, se trata de un cambio radical en sus vidas, que, aunque suele ser visto socialmente como un evento maravilloso, para el pequeño no siempre es percibido de esa manera.  Algunos pueden arribar contentos e ir cambiando el tono emocional,  según transcurren los primeros días en la institución. Los niños que van por vez primera a la escuela, necesitan haber recibido una preparación, conocer en qué consistirán sus actividades y rutinas, así como su utilidad. Solo así, esta significativa transición del juego a la actividad de estudio, podrá ser bien acogida por ellos.

La preparación del niño para el ingreso a la escuela es un proceso largo, que sobre todo implica haber garantizado un buen desarrollo del infante en todas las aristas posibles, durante las etapas precedentes a la escolar. Por eso una adecuada preparación incluye: saber valerse por sí mismos respecto a su propio autocuidado (vestirse, acordonarse los zapatos, alimentarse, ir al baño), tener competencias sociales (saber relacionarse con los demás niños y con adultos,  poder solicitar ayuda, resolver situaciones problemáticas), capacidad de entender y aceptar normas y límites educativos, haber tenido contacto con medios didácticos y actividades similares a las escolares (dibujar, colorear, recortar, armar rompecabezas, escuchar cuentos, entre otras). Si alguno de estos aspectos se encuentra deficitario, ello podrá ser razón de dificultades para adaptarse al régimen de la escuela. 

Padres y maestros deben ser conscientes de que cada niño tiene su propio ritmo y recursos para adaptarse. A algunos les será más fácil y a otros más difícil. Necesitan acompañamiento, contención, pero no alarmas o preocupaciones desmedidas, que lejos de ayudar, pongan más ansioso al pequeño.  

Los que transitan a la enseñanza secundaria tendrán retos nuevos por delante en términos de aprendizaje y las propias de la edad adolescente. Habrá que ayudarlos a conciliar las intensas y nuevas necesidades de relación con los amigos y la actividad de estudio. Ambas son importantes para el desarrollo psicológico en esta etapa.  Para una mejor adaptación al sistema de exigencias de la enseñanza media, ellos deberían tener ya ciertos hábitos de estudio sistemático, de lectura, capacidad de elaboración personal y sobre todo, autonomía y responsabilidad. Por eso desde los últimos años de la enseña primaria, se debe insistir más en todo esto. 

El primer trimestre del curso debe servir para que los maestros conozcan a sus alumnos, valoren las fortalezas y debilidades de cada uno y tracen las estrategias psicopedagógicas requeridas. Dichas estrategias no solo deben dirigirse a apuntalar las habilidades y competencias curriculares (matemática, lengua española, etc). Es muy importante que el docente sepa los rasgos psicológicos y cómo establecer mejor relación con cada uno de sus estudiantes.  No es un momento idóneo para aconsejar visitas al psicólogo o al centro de diagnóstico y orientación (CDO), salvo en casos realmente muy preocupantes. El proceso de adaptación en esta primera etapa, puede generar determinadas conductas y rendimientos escolares, que tienen que ver más con el desajuste temporal propio de este proceso, que con algún rasgo característico del niño. Por eso es mejor apoyarlos, tener paciencia y darles un poco de tiempo en un entorno de aceptación y reconocimiento.

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Centro de Orientación y Atención Psicológica, Alfonso Bernal del Riesgo

 Ahora que faltan pocos días para el comienzo del curso… uniformes, forros de libros, mochilas, utensilios escolares, ocupan a los padres, a veces incluso más allá de lo requerido y necesario. Hay que ocuparse también del propio niño: ¿cómo se siente?, ¿qué alegrías y temores tiene?, ¿está preparado psicológicamente para esta nueva meta?

En una próxima publicación hablaremos acerca del manejo más favorable por parte de la escuela y la familia, de las características personales de los niños frente a las exigencias docentes.

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SicologiaSinP.com - Roxanne Castellanos Cabrera

Licenciada en Psicología

Lic. en Psicología (2001) Máster en Psicología Clínica (2008) Doctora en Ciencias Psicológicas (2017) Profesora Titular de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana. Compiladora y autora de "Psicología. Selección de Textos", Editorial Félix Varela (2003), autora de "Los niños, la Escuela y otros temas. Sugerencias para padres y maestros", Editorial José Martí (2016). Investiga en temas de bienestar psicológico infantil. Directora del Centro de Orientación y Atención Psicológica (COAP) de la Facultad de Psicología, de la Universidad de La Habana. [...]