Si te encuentras en un momento de tu vida en el que necesitas recuperar la calma y relajarte espero que el siguiente escrito contribuya eficazmente a ello.
En primer lugar sería interesante descubrir por qué necesitas relajarte. ¿Qué o quién te altera o te roba la paz? ¿Te inquieta el trabajo? ¿Tu relación de pareja no está pasando por un buen momento? ¿Están tus hijos en una edad difícil? ¿Los estudios te sobrepasan? ¿No sabes qué hacer con tu vida? Probablemente son siempre las mismas cosas, las que te sacan de quicio, cosas que te superan y que no sabes gestionar adecuadamente, pero tranquilo porque esto tiene arreglo.
Llevar un diario de situaciones o personas perturbadoras te ayudará a conocerte mejor, harás consciente lo inconsciente, descubrirás qué te molesta y por qué, cómo reaccionas ante ello; encontrarás la causa de ese nerviosismo para que puedas ser capaz de detectarlo a tiempo, anticiparte a él y actuar correctamente antes de que sea demasiado tarde.
En ese diario deberías anotar todo aquello que hace que pierdas los nervios. Si todavía no sabes qué es responder a las siguientes preguntas te ayudará a identificarlo.
Contesta de manera clara, breve y concisa, no es necesario que te enrolles, se todo lo objetivo que puedas, evita hacer juicios y valoraciones personales, tampoco busques culpables ni te hagas la víctima, conviértete por unos momentos en el observador neutral de toda la escena.
Hechas estas pequeñas aclaraciones vamos a ello.
¿Qué es lo que pasó?
¿Dónde y cuándo ocurrió?
¿Había alguien más contigo en ese momento?
¿Cómo te sentiste?
¿Qué pensaste?
¿Qué hiciste después de que sucediera?
¿Cuánto duró esa sensación de malestar?
¿En qué medida te afectó?
Una vez que descubras qué provoca ese nerviosismo puedes confeccionar un plan de acción para hacerle frente, puedes tomar medidas para que sea más llevadero, buscar nuevas maneras de afrontarlo o, en el caso de que sea necesario, ayuda externa para que su impacto en ti no sea tan perjudicial.
Otra pregunta clave en ese proceso de autodescubrimiento es ¿Qué puedo hacer o qué está en mis manos para que esa situación cambie? Para ayudarte a descubrirlo te invito a que hagas una lista con todas aquellas cualidades que podrías aplicar en ese momento para paliar el efecto negativo de esa situación. Quizás te haga falta ser un poco más paciente, flexible, tolerante o empático, quizás se trate de ser más positivo u optimista, o es posible que tan solo se trate de verlo con más sentido del humor. Esas cualidades puedes aprenderlas en el caso de que no las tengas, entrenarlas en el caso de que no estén lo bastante desarrolladas en ti o potenciarlas todo lo que quieras si crees que no las aplicas lo suficiente.
La mayoría de las veces pensamos que la culpa de todo la tienen los demás y que no podemos hacer nada para evitarlo, creemos que somos seres pasivos, víctimas de sus circunstancias o de la mala suerte, pero no es así.
Por ello, la pregunta más importante de todas es: ¿Qué parte de responsabilidad tengo yo en eso que me está pasando?
Es posible que tengas una tendencia a tomarlo todo como un ataque personal, que te sientas atacado, menospreciado o dolido por comentarios de otras personas pero déjame decirte que la interpretación que hagas de eso es solo tuya y dice más de ti que de ellas.
Algo que nunca falla si queremos encontrar la calma es mirar las cosas con ojos amorosos, el amor hace que no seamos jueces tan severos ni con nosotros ni con los demás.
Aprende a vivir la vida sin tanta rigidez, sin tantas obligaciones, ni tanto estrés. La vida está para disfrutarla. ¿Te has planteado alguna vez dedicar un rato a desconectar de todo y de todos? Te lo recomiendo encarecidamente. ¿Cuánto tiempo hace que no haces nada? No hacer nada parece de entrada fácil pero no lo es. Necesitamos continuamente estar estimulados, haciendo cosas, quedando con personas, yendo a sitios, o distrayéndonos con el móvil o la televisión. Parece que huyamos de los ratos de soledad como si nos diera miedo enfrentarnos en ellos a nosotros mismos. Es en esos momentos de calma cuando podemos conectar con lo que somos y recuperar así la calma y la paz.
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