La imaginación, como todos sabemos, es la habilidad que tiene una persona para proyectar imágenes en su mente; es una capacidad que se caracteriza, entre otras cosas, por la facilidad para formar nuevas ideas. Cuando tienes imaginación eres capaz de trasladarte a otra dimensión, ver la vida desde otra perspectiva. La imaginación te permite soñar, vivir nuevas experiencias sin moverte del sitio en el que estás, descubrir otras maneras de enfocar la vida, crear nuevas realidades, encontrar nuevas maneras de solucionar los problemas.
La imaginación no tiene límites (sólo los que tu le pongas) y se ha comprobado en múltiples estudios que bien usada es un potente método de reducción del estrés, especialmente si se combina con prácticas meditativas, ejercicios de relajación física y respiración profunda.
Desgraciadamente, los pensamientos estresantes nos torturan con demasiada frecuencia causándonos un gran malestar y llegando incluso, en el peor de los casos, a incapacitarnos física y mentalmente, sobre todo si se repiten de manera reiterada y se mantienen durante mucho tiempo en nuestra cabeza. A veces son meras tareas pendientes, una llamada que tenemos que realizar y que nos inquieta, una cita a la que no queremos acudir y no podemos posponer, facturas que tenemos que pagar, la enfermedad de alguien cercano, un exceso de trabajo (suele ser el motivo más frecuente), problemas de pareja, etc.
El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo, Gustavo Adolfo Bécquer
Todas esas situaciones dan lugar a pensamientos negativos que ocupan nuestra mente y no nos aportan nada positivo. Ese diálogo interno negativo que mantenemos con nosotros mismos de manera inconsciente nos agota y nos roba energía. Esos pensamientos derivan en emociones que nos angustian, que nos hacen sufrir, emociones que se apoderan de nosotros. Literalmente nos secuestran. Debemos estar muy alerta e impedir que esos malos pensamientos aniden en nosotros porque si lo hacen estamos perdidos, entraremos en una espiral de la que va a ser muy difícil salir.
La visualización es una técnica muy usada en meditaciones y que resulta efectiva para combatir el estrés.
La visualización puede ser guiada o libre y consiste en desarrollar mentalmente la imagen de algo, a la vez que vamos reduciendo el número de pensamientos que pasan por nuestra mente. Lo que tratan de conseguir las técnicas de visualización es conectar esa imagen con estados de ánimo positivos. Su éxito radica en que nuestro cerebro no es capaz de distinguir entre una situación imaginaria y una real. Diferentes experimentos en neurología han revelado que nuestro cerebro no diferencia entre lo que ve y lo que imagina porque en ambos casos están implicadas las mismas redes neuronales. Según afirma el bioquímico y doctor en medicina quiropráctica Joe Dispenza para el cerebro, es tan real lo que ve como lo que piensa o siente.
Si estás estresado o necesitas desconectar un poco de la rutina que empieza a ser asfixiante te propongo que uses la imaginación para recrear en tu mente un lugar o una escena que sea muy relajante para ti.
El procedimiento es sencillo: Busca un lugar tranquilo, a poder ser sin ruido, ponte cómodo, libera tu cuerpo de tensiones con suaves estiramientos y relájate todo lo que puedas. Empieza a respirar de manera lenta y profunda por la nariz mientras imaginas una situación o trasladas tu mente hasta un lugar que recuerdes como seguro o tranquilo, o simplemente imagina un sitio donde te sientas a gusto, feliz (aunque nunca hayas estado). Pon todos tus sentidos en esa imagen, recréala con todo lujo de detalles, incluye mentalmente el sonido del agua corriendo, el cantar suave y armonioso de unos pájaros, el olor de los pastos recién cortados, la fragancia envolvente de unas flores, el sabor de un refresco de zumo de frutas, siente la calidez del sol, la brisa del viento acariciando tu cara, etc. Cuanto más intensamente imaginemos la situación o el lugar, más fuerte y realista será la experiencia que tengamos. Trasládate durante unos minutos hasta ahí y embriágate de ese bienestar.
Así que ¿Vas a desperdiciar el poder de la imaginación?
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