Una mirada psicológica al fenómeno del emprendimiento

emprendimiento

Psicología Organizacional, Social

El término emprendimiento, tiene su origen en el francés entrepreneur, que se refiere a la capacidad de una persona para realizar un esfuerzo adicional, con el objetivo de lograr una meta determinada. En la lengua española, solemos llamar emprendedora a aquella persona que manifiesta una notoria determinación y capacidad para realizar cosas nuevas. Actualmente, relacionamos al emprendimiento con el desarrollo de iniciativas económicas por cuenta propia, donde una o varias personas, decide poner en marcha la creación de una nueva empresa o el desarrollo de nuevas estrategias de negocio.

Inicialmente, fueron las ciencias económicas las que se interesaron por estudiar y explicar el fenómeno del emprendimiento. Sin embargo, con el paso del tiempo, fueron surgiendo interrogantes que ya no podían ser abordadas solamente desde un enfoque económico. Es así que han surgido muchas preguntas sobre las particularidades psicológicas que hacen a un emprendedor, la mayoría de las cuales no tiene una respuesta acabada. A continuación, abordaremos algunas de las más frecuentes.

¿Qué relación existe entre la personalidad y el emprendimiento?

Un número considerable de investigaciones relacionadas con los aspectos psicológicos del emprendimiento, están enfocadas en la búsqueda del perfil personológico, aunque realmente no ha sido posible establecerlo de forma concreta. No obstante, sí han podido identificarse una serie de rasgos, actitudes y capacidades asociadas a la propensión de una persona hacia el emprendimiento. Entre ellas, se encuentran la proactividad a la hora de asumir riesgos, la creatividad, la originalidad, la capacidad para la innovación, la autonomía en la toma de decisiones, el liderazgo y la capacidad de planificación. Igualmente, se habla de factores motivacionales como la necesidad de logro y reconocimiento, la necesidad de independencia y la necesidad de desarrollo y superación personal.

Una de las formaciones de la personalidad que parece tener mayor relación con el emprendimiento, es la autovaloración, ya que esta es responsable de la construcción de nuestros niveles de aspiración y de la predicción de nuestros éxitos y fracasos. En este sentido, se dice que los individuos emprendedores suelen tener una autovaloración adecuada, crítica y generalmente positiva.

Finalmente, hay dos conceptos estrechamente ligados a la autovaloración, que han sido referidos como características de la personalidad de los sujetos emprendedores. En primer lugar, la resiliencia, entendida como la capacidad para enfrentar, superar y obtener aprendizajes de situaciones adversas. En segundo lugar, el locus de control, que se refiere al grado en que la persona percibe que su éxito o fracaso depende de sí mismo o depende del entorno en que se desarrolla.

En cualquier caso, la relación entre la personalidad y la tendencia al emprendimiento no podemos verla de forma lineal, ni como el resultado de la suma de un conjunto de rasgos. La personalidad es un constructo complejo, cuyo dinamismo solo puede ser comprendido a la luz del contexto en que se desarrolla cada individuo. Por tanto, los atributos de la personalidad facilitan, pero no determinan que una persona sea emprendedora o no.

¿El emprendimiento es innato o puede desarrollarse?

Esta es una de las interrogantes más debatidas sobre el tema. Mientras unos argumentan que el potencial de emprendimiento es innato y se expresa a través de las características de la personalidad, otros alegan que es el resultado de un proceso de desarrollo y aprendizaje.

Si bien existen algunos rasgos personológicos cuya expresión tiene un componente genético, no podemos decir que la personalidad, vista como constructo, sea “innata”. Su desarrollo depende de factores tanto biológicos, como psicológicos y sociales. De esta forma, las dimensiones de la personalidad se van consolidando en diferentes etapas de la vida. Por otro lado, hay que tener en cuenta que el acto de emprender no solo se sustenta en factores como la motivación, la creatividad o la autovaloración, sino también en las competencias, conocimientos, experiencias y creencias, así como elementos relacionados con el entorno político, social y económico particular. En cuanto a las competencias, es bien conocido que pueden adquirirse y desarrollarse mediante procesos formativos, así como la experiencia puede enriquecerse a lo largo del tiempo.

¿Qué hace a un emprendedor exitoso?

Desde el punto de vista psicológico, el factor de éxito se sitúa en el desarrollo de las competencias necesarias para enfrentar las exigencias que implica emprender un negocio por cuenta propia. En este sentido, se distingue entre las competencias personales y aquellas relacionadas propiamente con la gestión empresarial.

Competencias personales: Son aquellas habilidades, conocimientos y capacidades con las que cuenta la persona a la hora de emprender. Vienen siendo la base que sustenta el potencial emprendedor. Entre ellas, se encuentran:

  • Autonomía en la toma de decisiones
  • Habilidades para la planificación y organización del trabajo
  • Capacidad para comunicar de forma asertiva y efectiva
  • Habilidades de investigación y gestión de la información
  • Capacidad para la innovación
  • Capacidad para el liderazgo efectivo
  • Resiliencia ante situaciones adversas
  • Conocimientos básicos sobre negocios

Competencias de gestión empresarial: Son las que favorecen la sostenibilidad del proyecto de emprendimiento una vez puesto en marcha, y están directamente relacionadas con el manejo del mismo. Entre ellas, se encuentran:

  • Gestión de ventas
  • Servicio al cliente
  • Gestión de la calidad de los productos y servicios
  • Negociación
  • Conocimientos sobre el mercado
  • Conocimientos sobre el cliente
  • Conocimientos sobre administración

Por supuesto que existen muchísimos más ejemplos de competencias personales y de gestión que influyen en el éxito del emprendimiento. Agotaríamos páginas enteras enumerando cada una de ellas. La idea principal, es que contar con ciertos rasgos personológicos no nos convierte en un emprendedor, mucho menos en uno de éxito. Ello debe ir acompañado tanto de una sólida motivación, como de un conjunto de competencias susceptibles de ser desarrolladas mediante procesos de formación adecuados.

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SicologiaSinP.com - Leidy Laura Avila

Estudiante de Psicología

Actualmente curso el tercer año de la carrera en la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana. Me desempeño como Alumna Ayudante de Investigación de Desarrollo y Gestión Organizacional, aunque también he estado vinculada a proyectos en el área de Neuropsicología con el Centro de Neurociencias de Cuba. Pertenezco a la Comisión de Docencia e Investigación de la Facultad de Psicología y me desempeñé como redactora en el canal de Telegram de la Facultad de Psicología. [...]