Eneagrama de la Personalidad

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La inscripción “Nosce te ipsum” situada en la entrada del templo de Delphos (antigua Grecia) cuya traducción significa “conócete a ti mismo” y que Sócrates toma como lema, nos invita a reflexionar sobre quienes somos, puesto que solo a través de ese conocimiento podremos descubrir nuestra verdadera naturaleza y dotar de sentido nuestra vida.

¿Eres una Blancanieves servicial y de buen corazón siempre dispuesta a ayudar a los demás o eres la madrastra envidiosa? ¿El príncipe vanidoso que consigue todo lo que se propone o la rana pasiva que espera temerosa a dar el salto? ¿Eres una Caperucita seductora y sexy o el lobo agresivo y visceral guiado por sus instintos más básicos? ¿La Bella y empática princesa o la Béstia sin escrúpulos? Todos creamos un personaje con el que nos sentimos identificados aunque la mayoría de las veces no seamos conscientes de ello. Ese personaje tiene un nombre, es el ego.

El ego tiene muy mala fama, sin embargo y a pesar de ser considerado por muchos el malo del cuento, detrás de nuestro ego se esconde el niño herido que una vez fuimos. Un niño que, a raíz de un conflicto emocional vivido de manera traumática, aprendió unos patrones de conducta y una manera particular de interpretar la realidad y reaccionar ante ella que repetirá de manera inconsciente a lo largo de toda su vida y que le generará un profundo sufrimiento.

Ese personaje que posee unas características determinadas vive en nosotros y se alimenta de nuestros miedos, carencias, necesidades, conflictos e inseguridades para seguir creciendo. Actúa como si fuera una máscara que cuanto más grande es, más esconde lo que somos en esencia.

Como lo real sólo puede llegar a conocerse a través de lo falso, de lo ilusorio, el ego cumple una importante función que debemos agradecer. Solo pasando a través de él y trascendiéndolo podemos vislumbrar lo que realmente somos.

El eneagrama es una poderosa herramienta de autoconocimiento, una guía muy usada en el crecimiento personal que deriva de la tradición sufí, en Occidente cabe destacar el trabajo realizado por Gurdjieff y Claudio Naranjo entre otros. Simbólicamente se representa como una estrella de nueve puntas colocada dentro de un círculo, donde cada punta equivale a un carácter en concreto o también denominado eneatipo que recibe un número del 1 al 9. Aunque todos tenemos presentes los 9 eneatipos hay uno que destaca por encima de los demás, ese eneatipo dominante nos acompañará durante toda la vida.

A grandes rasgos podemos decir que el eneagrama propone 9 tipos diferentes de personalidad y su relación entre ellos (lo que viene a ser 9 tipos de ego, cada uno de ellos con una herida emocional por sanar) que se enmarcan en 3 tríadas, según si su centro es visceral (eneatipo 8, 9 y 1), emocional (eneatipo 2,3 y 4) o mental (eneatipo 5,6 y 7). A su vez cada eneatipo tiene tres subtipos, según sea de conservación, social o sexual. Cada eneatipo se caracteriza por tener una pasión (connotación negativa) y una virtud (connotación positiva). Cuando trabajamos las primeras emergen las segundas. Cuando vivimos desde el ego lo hacemos desde el miedo y las limitaciones, cuando vivimos desde la esencia lo hacemos desde la libertad y el amor, la energía más poderosa del Universo.

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SicologiaSinP.com - Mónica Tello

Lic. en Psicología

Maestra de Reiki Usui, instructora de yoga, técnico profesional en masaje ayúrveda. Me gusta especialmente la terapia vibracional y de sonido con cuencos tibetanos, los símbolos que curan el alma, el péndulo hebreo, la técnica metamórfica, el Eneagrama y las flores de Bach. [...]