Por Favor
Era de pistacho el helado
era a la siesta que venía.
A esas siestas mudas
tan disfrazadas de sueños tan a mano
tan a piel.
Tan a mano
la familia Goles y sus gallinas
las plumas de las gallinas desparramadas en la tierra seca
de un patio azul
y el alambrado
desafiando la gravedad
aún en pie.
En el living
la tele y ese zumbido a tubo.
La siesta
un tubo
por donde viajaban los sueños del barrio
la casa de José
el Instituto Pitman
en su entrada
no tocar timbre hasta las 6.
La siesta
un tubo
por donde viajaban los sueños del barrio
hasta la casa de los Tirao
la única pileta del barrio
y el petiso Tirao
desplegando despotismo
vos entrás, vos no.
Cruzo los dedos
que me elija por favor¡me eligió!
Y el orgullo insensato de haber sido nominada por un enano fascista.
¡Éramos tan verdes!
Por: Gaby Pedrotti
Carne de tu nombre
Cuando en la desoída boca de mi alma te deshaces,
Oh tú, animal de cuerpo cristalino, tímida diosa;
cuando mis manos palpan las huellas de tu fuga,
¿qué piedra no se rompe, que iluminado árbol
pierde sus raíces, su música?
Mi frente se tiñe de ardor, los brazos estremecidos
levantan tierra y hojas oscuras, el hondo y puro instante
Se cierra más aún, caracol doloroso para mi voz deshabitada.
Oh sustancia tan niña en la luz triste,
presurosa respiración de alas y fuego blanco.
Llorará el verano, y sus fantasmas húmedos
poblarán nuestra calma;
los pasos del crepúsculo nuevo gemirán en tus pies,
en mis pies, en todas las preguntas,
como persecusiones de fiebre, como aullidos
de numerosas bestezuelas sedientas.
Oh fugitiva espalda, ¿cómo serás entonces?,
¿cómo abrirá el espejo su fondo ante tu piel ruborizada?
Caerán tus senos en la ebriedad, en el dolor,
antigua prisionera de mi hálito, en la sombra,
mientras mis labios alzan y muerden
tu nombre de misericordiosa carne delicada.
Por: Fayad Jamís
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