Estrés en tiempos de pandemia

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Psicología Clínica

La pandemia del COVID-19 ha tenido consecuencias negativas en nuestras vidas. Muchos de nosotros nos enfrentamos a retos que pueden ser estresantes, abrumadores y provocar emociones fuertes en adultos y niños. Las medidas de salud pública, como el distanciamiento social, son necesarias para reducir la propagación del COVID-19, pero pueden hacernos sentir aislados y aumentar el estrés y ansiedad. Aprende a sobrellevar el estrés de manera sana lo que permitirá que usted, sus seres queridos y las personas con las que está en contacto desarrollen mayor resiliencia.

El más extendido juicio acerca del estrés es aquel que lo representa como algo dañino al ser humano. En realidad, al referirnos al estrés desde su connotación negativa, enfocamos solo una de sus facetas (distrés). Refleja de alguna manera las consecuencias de un proceso de inadaptación, en el cual, el sujeto ha enfrentado, sin ganancia alguna, demandas que desbordan su capacidad de respuesta.

Puede provocar sentimientos de temor, enojo, tristeza, preocupación, frustración; cambios en el apetito, los niveles de energía, deseos e intereses; dificultad para concentrarse y tomar decisiones; dificultad para dormir; reacciones físicas como dolores de cabeza, corporales; problemas estomacales y sarpullido. Es frecuente el agravamiento de los problemas de salud crónicos y de salud mental; así como la tendencia a un mayor consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias.

Una gran parte de los esfuerzos y comportamientos del ser humano tienen por objetivo lograr el control de su ambiente vital. La pérdida real o subjetiva del control provoca estrés, y definitivamente las estrategias de enfrentamiento que el sujeto ensaya tienen por finalidad la recuperación de este.

No siempre resulta necesario para la disminución del estrés, la aplicación de una estrategia efectiva de afrontamiento, basta con la proyección de esta, aun cuando no se haya puesto en práctica o ejecutado en su totalidad. Esto brinda al sujeto cierta sensación de control y significa que podemos disminuir nuestra vulnerabilidad y aumentar la resistencia a este, incrementando nuestra vivencia subjetiva y posibilidad objetiva de control. Se precisa establecer medidas tendentes a lograr una adecuada planificación y organización personal, así como una gestión priorizada del tiempo y de nuestro sistema de actividades. Aprender a ocuparse más que a preocuparse, a centrarnos más en las soluciones que en los problemas. Es importante también aprender a utilizar y beneficiarse de técnicas que faciliten la relajación (meditación, técnicas de respiración…)

El afrontamiento exitoso de determinadas realidades conflictivas implica un nivel óptimo de activación de los recursos internos del individuo, esos que le brindan el impulso y la energía necesarios para buscar e instrumentar alternativas de desenlaces más efectivos y factibles. En estos casos, el estrés tendrá una función motivadora y facilitadora, al contribuir a los esfuerzos del sujeto para encontrar y seleccionar las estrategias apropiadas, de respuestas. Esta es la faceta positiva del estrés (eustrés).

Desde esta perspectiva, reflexionemos sobre cómo aprovechar las posibilidades que pueden ofrecer los estados de activación positiva, y aquellos factores que posibiliten contribuir a un afrontamiento más exitoso en la resolución de conflictos y crisis.

 

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