Muchas personas se hacen preguntas acerca de la posibilidad de que un niño que ha sido criado por dos madres o dos padres, pueda crecer psicológicamente sano y feliz.
Lo más importante para que un niño sea feliz es que cuente con figuras parentales que estén presentes en su vida, atendiendo a sus necesidades de todo tipo y especialmente las afectivas. Desde este presupuesto, si un niño tiene esto, estará en buena medida garantizada su felicidad. No existen diferencias si la pareja parental es homo o heterosexual.
Todo ser humano también necesita claridad respecto a su origen. Desde muy temprano, los niños advierten el modo natural en que surge la vida. También observan que muchos niños tienen una mamá y un papá. Por eso empiezan a hacerse preguntas acerca de su identidad. Esa curiosidad debe ser respondida con toda la sinceridad posible. El amor no solo se da entre un hombre y una mujer. Y como no hay forma biológica en que dos hombres o dos mujeres puedan tener un hijo, existen otras maneras de lograr que ellos puedan dar ese hermoso cariño de madres y padres, que llevan dentro. Corresponde explicar con claridad, cómo fue concebido ese hijo o hija tan deseado. Hay niños que conocen a los dos padres biológicos y algunos lo tienen presente en sus vidas. Pero en las otras situaciones donde falta uno de ellos, todo debe ser explicado. Mientras más temprano y natural, siempre mejor. Recordemos que somos los adultos los que enrarecemos la realidad con nuestra subjetividad. Para los niños, cuando son pequeños, es simplemente su realidad y ese primer referente se asimila bien, si se explica del modo adecuado.
La literatura científica asegura que no por vivir en una familia homoparental, el hijo debe adoptar una orientación homosexual en su adultez. Si la mamá o el papá biológico, no son conocidos por el niño, debe buscarse un modelo femenino o masculino con quien exista un vínculo afectivo positivo, para que el pequeño conozca ambos patrones. Puede ser otro miembro de la familia, abuelos, tíos u otros. Tampoco es necesario reforzar desde edades precoces y en exceso, la orientación heterosexual, como hemos encontrado en nuestras investigaciones. Esto debe ser un proceso espontáneo, donde ofreciendo los modelos, de forma natural se irá gestando una preferencia, hasta llegar a una elección. Sea cual sea esa preferencia y elección a futuro, si no se relaciona con vivencias negativas ni con fallas en la labor de la educación sexual de la familia, será completamente normal y nada de lo cual deban estar sobre-preocupados, madres y padres.
En los entornos sociales como la escuela y la comunidad, también todo debe mostrarse y manejarse con naturalidad. Los niños deben estar capacitados para preguntas curiosas y hasta para algún que otro intento de atacar o molestar, dado el tipo de familia del cual proceden. Por eso, para que estén preparados, deben conocer bien su realidad y llevarla con orgullo y dignidad. Eso los hará menos vulnerables ante posibles acciones negativas de otras personas. Tenemos que decir sin embargo, que los niños de familias homoparentales que han colaborado con nuestras investigaciones, han expresado haber sido bien aceptados en sus grupos de iguales. Del mismo modo lo han constatado sus padres y madres respecto a las familias de los demás niños de los grupos escolares y en las comunidades donde viven. Y es que los cubanos tenemos muchas potencialidades humanas que sobresalen en estas y otras circunstancias, por encima de otros rasgos culturales, sobre los que debemos continuar trabajando.
En ocasiones hemos apreciado criterios que convocan a las parejas homosexuales a no buscar ayuda psicológica, porque “ellos no la necesitan”. Desde nuestra tribuna queremos resaltar nuestra apreciación. No denigra ni pone en situación de menoscabo, el intercambio para obtener orientación con especialistas preparados. Eso es así, para cualquier tipo de familia, cada una con sus especificidades y preocupaciones concretas. Y todo aquel que lo hace, solo está expresando su sentido de responsabilidad ante los roles de la paternidad y la maternidad.
En resumen, el bienestar psicológico infantil no se relaciona directamente con el tipo de familia del cual se procede. Puede promoverse o no, en hogares de cualquier tipología. El bienestar psicológico sí se relaciona directamente con el amor, la dedicación, los cuidados parentales y con la búsqueda del conocimiento y la orientación que se pueda precisar, para ser mejores padres y madres.
Particularmente creo que hay que ser muy cuidadoso al abordar una temática tan delicada, y parte de ello tiene que ver , en parte, con el hecho de no generalizar no dar por contundente ninguna teoría, puesto que nos estamos refiriendo en este caso a algo fundacional y fundante de identificaciones, re-identificaciones, modelos parentales primarios, que sean homo, hetero o a-género (como suelen decir much@s actualmente), requieren una profunda conexión a las necesidades, características y deseos inherentes a la naturaleza y cultura humana, al tiempo que también debe responder y tener muy en cuenta cómo viven l@s niñ@s este tipo… Read more »
Hola Delia: Creo que hay que ser muy cuidadoso también al redactar los comentarios. Ud. juzga de poco “cuidadosa” nuestra labor profesional y científica. Lo primero que debo decirle es que este artículo responde completamente a estudios científicos realizados con familias homoparentales, donde el núcleo de atención fue el bienestar del niño y adolescente en este tipo de familia, explorado además directamente con ellos y no por criterios de sus madres y padres. El artículo no niega en lo absoluto la existencia de dificultades y contradicciones en este tipo de familias. De hecho se habla de ello en el artículo… Read more »