El estudio en casa es el único modo de garantizar la continuidad de la instrucción pedagógica en tiempos de COVID. El estado cubano realiza un esfuerzo loable para llevar a cabo una metodología de enseñanza, a través de orientaciones televisadas para todos los niveles de educación. Son diversos los matices que giran en torno al traslado de las funciones de las instituciones escolares, a nuestros hogares.
Algo que puede ayudar, en primera instancia, es conversar con los niños (de cualquier edad), explicarles lo que está sucediendo en relación con la COVID y por qué es preciso, seguir estudiando desde la casa. Dejar claro que es un deber y que así como se va a la escuela cada día en tiempos normales, ahora hay que hacerlo en el hogar, con la misma disciplina y seriedad. Y que la colaboración de ellos, será de mucha ayuda a la dinámica familiar, donde hay otras tareas y exigencias que atender.
Analicemos algunas estrategias que puedan servir de utilidad:
1- Horarios: Los niños, incluso muchos adolescentes, carecen de la capacidad de autorregular la conducta. Por eso, debemos organizar las horas de estudio y ayudarlos a cumplirlas. Es recomendable que ellos participen del acuerdo respecto a las horas que se dedicarán a esta actividad, así como a otras, como las de diversión y las de determinados deberes familiares. Esta participación puede ayudar a que se comprometan mejor con lo pactado.
2- Dosificación de los contenidos: Las teleclases no son clases tradicionales, sino explicaciones de los nuevos temas por parte de los profesores que las están implementando, quienes además orientan el estudio para varias sesiones (tipo turnos de clases). Los adultos en casa deben dosificar, ese estudio por asignaturas, a lo largo de la semana en una suerte de horario escolar.
3- Recesos e incentivos: Durante la jornada diaria de estudio, conviene (sobre todo para los niños de menos edad), elogiarlos cuando finalizan los ejercicios indicados y hacerle saber lo orgullosos que se sienten sus padres. Además, al igual que se hace en la escuela, son necesarios minutos de recesos y meriendas, intercalados entre las asignaturas que corresponde abordar en una misma jornada.
Es importante que además del estudio, cada día los niños tengan garantizado el tiempo de ocio y descanso. No es prudente castigar, privando de estas actividades, que son derechos de la infancia. Hay que buscar los modos de que todo logre funcionar armónicamente, usando la paciencia y el amor como banderas ante estos retos que tenemos que afrontar.
Hay un elemento que, en este diseño de estudio en el hogar, queda de algún modo más débil. Es el relacionado con la supervisión del estudio, no solo en relación con el deber de todos los padres (que lamentablemente no existe siempre), sino en sus posibilidades reales de poder hacerlo adecuadamente. Esto puede complejizarse en los niveles de secundaria y pre-universitario. Niños y adolescentes, no deben depender de estatus sociales, económicos e intelectuales de sus familias, para lograr vencer esta etapa de estudio, tan importante como las demás.
Hemos conocido de experiencias muy bellas, de maestros que con sus propios recursos y de modo voluntario, están utilizando la vía telefónica e incluso han creado grupos de WhatsApp con adolescentes o padres del nivel primario, para ayudar con aclaraciones de dudas e incentivar la motivación de sus alumnos. Para ellos resulta especialmente gratificante, sentir la preocupación y el apoyo de sus profesores. También puede funcionar de modo similar con familiares de niños, que dentro de un grupo escolar puedan ayudar a otros madres y padres, en momentos en que la solidaridad es más que necesaria.
Es probable, que entrando en este tercer período escolar, se llevan a cabo algunos apoyos de esta naturaleza por parte del MINED. Y es que son muchas las exigencias organizativas y acciones que se están ejecutando. Mientras tanto, cada familia debe seguir cumpliendo con su deber de garantizar el estudio, con la certeza de que toda fisura en el dominio de alguna materia, podrá resolverse cuando nuestros niños, alegres y sanos, retornen a sus aulas.
Compártenos tu opinión