¿De qué se trata la Terapia Grupal Combinada?

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Adicciones, Psicología Clínica

El tratamiento de las adicciones no ha escapado del contexto académico, profesores de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana se aproximaron a este tema y desarrollaron propuestas que han sido reconocidas como verdaderas precursoras de un enfoque más integral que el que se desarrollaba en el área asistencial. Un ejemplo de esto fue la Terapia Grupal Combinada (TGC), desarrollada por el Dr. Dionisio Zaldívar, la cual fue asumida como paradigma por muchos que incluían la prevención y atención de las adicciones en su universo de trabajo.

Según este autor, la adicción a sustancias constituye uno de los principales factores de riesgo vinculado a múltiples trastornos y enfermedades, por tanto su prevención y control, constituye uno de los elementos más importantes en la disminución de la morbimortalidad en el cuadro de la salud de los diferentes países. El modelo propuesto se apoya fundamentalmente en el enfoque grupal y multimodal. El enfoque grupal permite aprovechar las ventajas del grupo, en cuanto espacio para la reflexión y búsqueda conjunta de soluciones, en personas que comparten una problemática común. El enfoque multimodal nos posibilita el empleo de recursos múltiples que son utilizados en función de las necesidades de los pacientes y de los requerimientos del tratamiento según la índole de la problemática. 

La propuesta de la TGC como alternativa para el tratamiento de las adicciones, constituye un programa de tratamiento que se estructura de acuerdo a los siguientes elementos: 

  • Tareas que el adicto ha de enfrentar en su proceso de recuperación. 
  • Requerimientos del proceso psicoterapéutico. 
  • Programa de tratamiento correspondiente. 

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Entre las tareas que según la TGC el adicto ha de enfrentar en su proceso de recuperación se encuentran:

  • Toma de conciencia de que ha perdido el control, de que su adicción está afectando su vida en las distintas esferas, personal, laboral y social y de que requiere de tratamiento para su recuperación. 
  • Desear verdaderamente la recuperación y tomar conciencia de que la misma pasa, entre otras cuestiones, por la necesaria abstinencia de la sustancia en cuestión. 
  • Asumir la responsabilidad por las consecuencias de sus comportamientos vinculados con su adicción. 
  • Lograr un conocimiento lo más completo posible, sobre la naturaleza exacta de sus dificultades y problemas, y explorar nuevas alternativas de solución. 
  • Reconocer, enfrentar y desprenderse de las ideas, creencias, valoraciones y expectativas erróneas que favorecen el consumo de sustancias psicoactivas. 
  • Disponerse a ensayar comportamientos diferentes a los asociados al consumo adictivo, recuperar sus intereses y relaciones previas a la adicción y reestructurar su sistema de actividad, y empleo del tiempo. 
  • Aprender a enfrentar posibles presiones y tentaciones que lo motivan a drogarse, desarrollando habilidades y mayor capacidad de autocontrol. 
  • Conocimiento de sus puntos vulnerables en cuanto a posibles recaídas y adquisición de habilidades que le posibiliten enfrentar los mismos. 
  • Desarrollo de habilidades para enfrentar el síndrome de abstinencia. 
  • Desarrollo de habilidades que posibiliten el manejo de situaciones tensionales y de estrés, sin tener que recurrir al uso de drogas. 
  • Aprender a desarrollar y mantener relaciones más armoniosas y creativas con su medio. 
  • Elaborar nuevos sentidos y proyecto vital que le posibiliten adoptar un nuevo estilo de vida más responsable y sin vínculos con las drogas. 

Los requerimientos del proceso psicoterapéutico que según la TGC son necesarios en función del proceso de recuperación del adicto son:

  • Creación de un clima de respeto y aceptación al paciente, mediante el cual se facilite la libre expresión, la reflexión y la toma de conciencia en relación con su problemática adictiva. 
  • Brindar conocimiento en cuanto al proceso adictivo y de cómo un sujeto se convierte en un adicto (aspecto didáctico). 
  • Establecer claramente que el objetivo central del tratamiento es la recuperación de los individuos. Precisar los requerimientos. 
  • Motivar, estimular y apoyar el cambio. Fomentar la responsabilidad. 
  • Ventilar y aliviar las culpas y resentimientos del paciente. 
  • Contribuir a la elaboración del duelo y a mitigar la angustia del paciente por su renuncia a la droga. 
  • Fortalecer o crear en el paciente el sentimiento de competencia personal en cuanto a la posibilidad del control de sus impulsos y deseos de consumir drogas. 
  • Posibilitar la autoaceptación y el desarrollo de la autoestima. 
  • Entrenar y desarrollar en el individuo, diversas habilidades tales como: habilidades para la comunicación interpersonal, habilidades para la solución de problemas y toma de decisiones, habilidades para el auto-control, habilidades asertivas, habilidades para el empleo del tiempo, manejo del estrés y otros. 
  • Brindar conocimiento sobre las posibles causas de recaídas y entrenar al sujeto para afrontar las mismas, así como los posibles deslices y evitar los efectos del llamado síndrome de violación de la abstinencia. 
  • Reestructurar el estilo de vida y elaborar un nuevo proyecto existencial acorde con los nuevos sentidos que el sujeto va redescubriendo. 

El programa de tratamiento se estructura a partir de un mínimo de 10 sesiones de encuentros, cada una con una duración de aproximadamente 2 horas de trabajo grupal. El grupo funciona como un grupo cerrado (no admite nuevos miembros una vez iniciado) durante el período de tiempo que se determine (de acuerdo con las posibilidades y condiciones de los participantes; esto es pacientes ambulatorios o ingresados). En la sesión de inicio se evalúan las expectativas de los participantes en el grupo, se realiza el encuadre y definición de la tarea del grupo y se entrena a sus miembros en el automonitoreo de su comportamiento, dando orientaciones para la autoobservación y autoregistro de los comportamientos, y otros elementos vinculados con la adicción. A partir de la segunda sesión, la estructura de los encuentros es como sigue: 

  • Chequeo de las tareas terapéuticas, fuera de grupo, que son orientados. 
  • Conversatorio sobre temas relacionados con el proceso de adicción y de recuperación. 
  • Dinámica de discusión grupal a partir del tema tratado en el paso anterior. 
  • Presentación de estrategias para la elevación de los recursos de afrontamiento de los sujetos. 
  • Ejercitación en la estrategia presentada. 
  • Conclusiones y aclaraciones de dudas. 
  • Orientación de tareas terapéuticas fuera de grupo. 

Finalmente en la TGC los temas tratados mediante los conversatorios y las estrategias que son ejercitadas son los siguientes: 

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En la sesión del cierre, se hace un recuento de lo acontecido, se evalúa el desarrollo del grupo y los progresos de cada paciente y se dispone un programa de seguimiento hasta un año y que contempla: encuentros en el grupo al mes, tres, seis, nueve y doce meses; contacto telefónico permanente y visitas periódicas por el médico de la familia (en los casos que resulte factible). 

La TGC ha sido aplicada en múltiples contextos pero necesidades prácticas introdujeron modificaciones no siempre felices. Por ejemplo, la inestabilidad de la asistencia de los pacientes a los grupos ambulatorios y la frecuente llegada de nuevos pacientes a instituciones residenciales determinaron que en el plano asistencial se introdujera como opción el grupo de carácter abierto el cual llegó a diferenciarse poco de los llamados grupos de autoayuda. Si bien continúan aportando a la recuperación del paciente adicto la carencia de un verdadero contrato terapéutico y de un encuadre efectivo en muchos casos relega a un segundo plano la intervención verdaderamente psicológica. 

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