Intervención psicológica para la prevención y atención de las adicciones

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Adicciones

El concepto de intervención no suele ser muy aceptado en el lenguaje coloquial pues se asocia con el hecho de inmiscuirse en asuntos ajenos. Sin embargo ante la presencia de un problema psicológico o social la intervención deviene en un necesario proceso de mediación o interposición con el objetivo de ejercer una influencia y favorecer un cambio. Por supuesto en este caso la intervención se refiere a una relación profesional de ayuda personal que supone el más estricto respeto a la individualidad y al cumplimiento de las normas y principios éticos de la ciencia psicológica.

Según el Dr. Dionisio Zaldívar las intervenciones en el campo de la psicología pueden ser clasificadas a partir diversos criterios pero de forma muy general se reconocen dos formas específicas:

  1. La intervención psicológica (psicoterapéutica), cuyos objetivos son los de propiciar, provocar cambios en las personas (individuos, parejas, familias), ayudándolos en la solución de diversos problemas psicológicos, empleando procedimientos psicológicos.
  2. La intervención psicosocial, cuyos objetivos son los de procurar cambios en los sistemas sociales (instituciones, comunidades) con la finalidad de promover o restablecer el bienestar comunitario o social, empleando para ello procedimientos variados (además de los psicológicos, trabajo social, administrativo, etc.).

Dicho autor considera que un elemento de especial relevancia para optar por una intervención psicológica es la identificación de la presencia de un problema psicológico que puede consistir en vivencias subjetivas de malestar, preocupaciones o temores que el sujeto no logra dominar, inhibiciones en el funcionamiento psicosocial, la presencia de déficit o excesos conductuales que interfieren con la realización de determinadas actividades o bien pueden provocar algún tipo de trastornos al sujeto mismo y también a aquellos que lo rodean. Los problemas psicológicos pueden estar causados por situaciones transitorias tales como: pérdida del trabajo, separación de la pareja, problemas económicos, demandas sexuales u otras que el sujeto considera inadecuadas; y que resultan mejor tratados si se ataca directamente la fuente del problema.

Por otra parte, para el Dr. Manuel Calviño, el problema no es solo que algo esté mal y que sea necesario curarlo o repararlo. También un problema es el desarrollo de una habilidad que no se posee y que puede favorecer el crecimiento individual de un sujeto o producir más eficiencia y productividad en sus relaciones interpersonales. En este sentido considera que los problemas típicos son: 

1. El problema es la conducta de alguien más.

2. El problema es un sentimiento.

3. El problema es la ausencia de un objetivo.

4. El problema es que la conducta anhelada resulta indeseable.

5. El problema es que el cliente ignora que su conducta es inapropiada.

6. El problema es un conflicto de elección.

7. El problema es un interés inveterado por no identificar ningún problema.

Independientemente del modelo de intervención psicológica de que parta el terapeuta (psicoanalista, conductista, humanista, etc.), las relaciones profesionales de ayuda personal asumen las formas de asesoría, consejería, orientación, psicoterapia o análisis. El psicólogo que pretenda desarrollar su trabajo en el contexto del proceso salud-enfermedad adictiva, necesita entrenarse en todas estas formas de intervención porque sus usuarios demandarán de las mismas diferenciadamente. 

Cuando una persona es abstemia o consume una sustancia psicoactiva dentro los límites sociales establecidos puede demandar intervención psicológica, ya sea porque presenta otros problemas que pudieran hacerlo iniciarse o intensificar el consumo, porque un familiar o persona allegada que consume se ha convertido en un problema o sencillamente porque está interesado en investigar sobre el tema. En ese caso la asesoría constituye un recurso de gran utilidad. Por otra parte si el usuario cumple los estándares para ser clasificado como un consumidor de riesgo medio o bajo es tributario de consejería.

Cuando en uso de sustancias psicoactivas es abusivo o de elevado riesgo la orientación es insustituible y cuando ya se trasciende la posibilidad del autocontrol, desarrollándose una adicción propiamente dicha la psicoterapia deviene en recurso de primera opción para lograr la deshabituación del paciente. El análisis constituye una forma de intervención útil para todos los estadios del proceso salud-enfermedad adictiva, pero es de especial trascendencia para la rehabilitación y reinserción social del adicto.

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