¿Qué es el Acompañamiento Terapéutico?

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Social

El acompañamiento terapéutico en la actualidad y considerando los aspectos teóricos-prácticos (entiéndase por ello, lo que atañe a lo físico-psicológico-institucional-jurídico y médico, y social en su conjunto) es un tratamiento especializado de abordaje multi e interdisciplinario que está contemplado en la Ley de Salud Mental en Argentina. Esto significa que el mismo -atendiendo a limitaciones psíquicas y/o físicas que pudiesen padecer tanto niños, adolescentes, adultos y tercera edad- puede ser solicitado (a nivel privado o estatal) en la medida que se justifique desde esta concepción, previa orden del profesional o equipo tratante.

El acompañante terapéutico (AT), sin ánimo de desvalorizar a actividad u oficio alguno, no es un empleado doméstico, ni enfermero, ni mayordomo; tampoco es su función, ni psicólogo, ni médico, ni psiquiatra, ni neurólogo. El AT es un Agente Pedagógico; es decir, un profesional que por medio de su presencia y escucha vivencial produce efectos de aprendizaje en el paciente y por lo tanto, cambios en la subjetividad del mismo. Es nodal en este sentido, centrar la atención en comprender para qué sirve un AT.

En este sentido, debemos decir que éste promoverá en el paciente distintas actividades, vivencias y experiencias, en interrelación con el contexto en el que se maneje, a los efectos de que el paciente logre mejorar su calidad de vida, y maximizar todo aquello que tienda a reforzar la autonomía, inserción social y bienestar anímico del mismo. Dicho vulgarmente, no debemos estimular ni proponer actividades al paciente, sabiendo que indefectiblemente éste se va a enfrentar a un fracaso rotundo; tampoco se le obligará ni se le amenazará, cuando éste se niegue a llevar adelante lo propuesto por el AT.

El AT debe estar capacitado para observar al paciente como una unidad funcional, y no, en partes. El AT es un ser humano que está frente a otro ser humano, en calidad de auxiliador, tratando de que el paciente construya o re-construya una historia de vida mejor que la que tiene, vive y siente; y para eso, tiene que contar con idoneidad, ética pero también, vocación. Tomando este último fragmento podríamos decir que la función de un acompañante terapéutico tiene como ejes, el de ser operante, agente pedagógico, investigador y restaurador. En suma, tiene que estar dispuesto a resolver en el momento que está desempeñando su tarea como AT, los conflictos que se le plantean al paciente; saber que su sola presencia produce efectos en el acompañado, razón por la cual, tendrá que ser consciente de que más allá de sus intenciones, será muy importante el vínculo que pueda establecer con el paciente.

Así mismo, deberá tratar de investigar aquellos engranajes que sean acordes a cada paciente en particular, restaurar aquel punto ciego que quedó excluido, fuera o desligado de la conflictiva del mismo, y que él (el AT) a través de las actividades implementadas, puede volver a unir. Digamos, en fin, que correlativamente, podemos significar que la función del AT contendrá en su estatus una operatividad eficaz, producción de sentido en la trama simbólica conflictiva, pulsión epistemofílica, dentro de un encuadre bio-psico-socia-cultural.

Es fundamental que el AT pueda motivar al paciente, siendo condición de ella, la motivación que el mismo AT sienta respecto a su tarea; pues, mal puede transmitir entusiasmo a su acompañado, si él mismo carece de tal motivación.

En lo que concierne a la medicación, dado que la mayoría de los pacientes asistidos conllevan en su persona distintas enfermedades concurrentes, el AT jamás debe medicar, pero sí se encargará de registrar y controlar la medicación indicada por el médico a cargo. Pues, en respuesta a una sobre-medicación, omisión de ésta u otro tipo de iatrogenia. Sucede en la práctica que en más de una oportunidad, la tarea que planifica el equipo tratante y/o AT es abortada porque los pacientes no se sienten aptos.
El AT es testigo del padecimiento del acompañado, y al mismo tiempo, contenedor y promotor de cambios. Su rol y función tiene un encuadre específico y en tal sentido, si admitimos como dispositivo, aquel mecanismo por el cual es viable iniciar o restablecer un funcionamiento, también estamos en condiciones de decir que los elementos antes mencionados ya forman un dispositivo.
Dispositivo este que a su vez estará relacionado con otros dispositivos que afectan a lo mismo. En este caso, digamos que al acompañado y al acompañante.

El AT se acerca al paciente, escuchando el dolor existencial (escucha vivencial) de éste. A este respecto, es importante saber que el dolor difiere del sufrimiento. En tanto el primero atañe a un padecimiento que avasalla al sujeto y lo destruye como tal; el sufrimiento es la manera en que reacciona el paciente a ese dolor. Vale decir, el sufrimiento es la forma manifiesta e interpretativa de ese dolor. De ahí surge la necesidad de que el AT tenga claro que su función -como agente de salud- será la de implementar en su tarea aquello que sirva para que circule lo que está enquistado en una conducta y conflicto estereotipado. El AT y su “saber-poder-hacer-algo” transitan precisamente este padecimiento; el cual es todo un desafío para este agente pedagógico, ya que el dolor y el sufrimiento van siempre de la mano y siempre tienen algo que decir. La cuestión es estar capacitado para escuchar y comprender eso que puja por mostrarse, aún siendo silenciado o mudo.

Preguntarse por un metalenguaje, es ir más allá del concepto mismo; es interrogarse por un discernimiento más profundo y amplio. Al respecto, hay una meta-psicogía (tomada prestada del psicoanálisis) que define el dispositivo del Acompañamiento Terapéutico como aquel mecanismo que se enmarca dentro de un marco tópico, dinámico y económico.

Lo tópico alude a un “espacio entre”; en el que se constituye un encuentro entre dos -AT y Paciente- , en el momento de la tarea y lo que de este momento derive.

Lo dinámico está relacionado con los conflictos desplegados (explícitos o implícitos) por el paciente y su entramado contextual (familia, trabajo, escuela, etc.) Esta instancia enseña al AT que este espacio específico(hospital, domicilio del paciente, escuela, hospital de día, etc.) no es estático. Lo dinámico es movimiento, actividad, motivación.

Lo económico (que básicamente tiene su nexo con una dimensión de cantidad) refiere a la capacidad del AT, para transformar, no de una manera mágica e infantil, la energía libre del paciente, en energía ligada; o sea, cuando por la intervención del AT, el paciente logra nombrar, simbolizar e integrar a su vacío psíquico-físico vivencial, un sentido nuevo y mejor a su vida. En lo que a ello concierne, el AT ocupa un lugar en dicho vínculo, desde una pulsión de vida que hará frente a la pulsión de muerte del paciente que está materializada en toda su sintomatología vivencial.

Por último (de momento), debemos decir que considerando el tipo de función y rol que le compete a un AT, es fundamental la supervisión y el análisis personal. Desde una perspectiva conceptual podemos definir a ésta, como un espacio de articulación teórico-práctica. Su presencia dentro del dispositivo obedece a que por un lado, la supervisión es una herramienta para evaluar el devenir del acompañamiento terapéutico; en la cual, el supervisor funciona como un catalizador de los conflictos vividos por el AT, al tiempo que posibilita la simbolización de dichos dinamismos, y también la revisión y corrección (o rectificación) de posibles distorsiones operativas respecto a la tarea desarrollada por éste. El análisis personal se sugiere, a los efectos de que el AT pueda resolver los problemas que se adhieren a su vida privada e intra-psíquica, producto de su actividad profesional.

Enfaticemos que un AT, no diagnostica, no medica y su función se trabaja respecto al presente del paciente, en un “aquí y ahora”.

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María del Carmen Díaz
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María del Carmen Díaz

Muy interesante ! Lo comparto como colega y me identifico con lo expresado en la nota. Felicitaciones.

María José
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Muy bueno e interesante…me lo pueden mandar a mi mail lo voy a tener siempre en cuenta

María José
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Me encantó…quiero que me lo envíen

Liliana
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Liliana

Hola; me interesa tener más info sobre Formacion de A.T; duración y costo! Gracias

Diana
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Diana

Hola Delia, un gusto leer su artículo. Quisiera preguntarle si me puede facilitar su mail para poder comunicarme de manera más personal. Soy terapista ocupacional y docente de la tecnicatura en Acompañamiento terapéutico en el interior de Bs As, creo que sería lindo compartir desde el lugar de cada una.. Saludos!

Carlos Arestivo
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Soy Carlos Arestivo de Paraguay. He escrito dos libros recientemente “Del manicomio a la Comunidad Terapéutica” y “Psiquiatría sí…pero crítica” Estoy escribiendo un trabajo sobre el Acompañamiento terapéutico en el proceso de rehabilitación de pacientes psicóticos. Tu trabajo me gustó mucho y lo voy a incluir en el mío. lógicamente mencionando tu nombre. Gracias
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Licenciada en Psicología (UBA/ egresada 1993). Acompañante Terapéutico -con especialización en personas con discapacidades. Especialista en Flores de Bach (con certificado extendido por Argentina y por Málaga -España- [...]