Los paradigmas de la vida actual, dentro del ámbito universitario como fuera de este, ya no transitan por caminos distintos. Vale decir, por un lado lo físico y por el otro, lo psíquico.
Cada vez son más los profesionales que tanto en los tratamientos como en la manera de vincularse con sus pacientes, apuestan a la “unidad”. Ya no podemos seguir pensando en un cuerpo separado de sus emociones. Prueba de ello es la gran cantidad de médicos – enmarcados dentro de lo que se llama medicina tradicional – que una vez concluída su formación médica, hacen estudios de posgrado para incorporar herramientas psicológicas, cuando no, algún tipo de terapia alternativa.
Respecto a las Flores de Bach, y luego de un largo camino recorrido, fueron incorporadas desde 1976 por la OMS (Organización Mundial de la Salud) al grupo de medicinas alternativas. Los remedios florales del Dr. Edward Bach actúan equilibrando las emociones y sentimientos a través de los cuales el hombre suele anunciar su enfermedad (afirmación que Edward Bach sostenía).
De ahí que surgiera la necesidad de servirse de ellos para apoyar o ayudar en el tránsito y/o evolución de un tratamiento psicológico, inclusive, en cualquier tratamiento médico; entre otras razones, porque esta nueva alternativa como tratamiento, cuenta con las características de ser indolora, natural, no tiene efectos nocivos (ni secundarios), ni contraindicaciones. No obstante, es importante reconocer los límites que plantea cada tipo de tratamiento ofrecido, tanto como saber que los tratamientos psicológicos como los abordados con Flores de Bach, no pretenden reemplazar la consulta ni el tratamiento médico tradicional. Sin embargo, reitero, las distintas disciplinas van dando lugar al nuevo paradigma de estos tiempos que ya no consiste en un enfoque interdisciplinario, sino, en una mirada transdiciplinaria.
Vale decir, si en el primero se fragmenta al hombre en distintas partes para comprender las patologías, en el enfoque transdiciplinario se trata más bien de mirar al paciente como un “todo”, como una unidad en la que se promueve la búsqueda de las diversas conexiones que la componen, sin descuidar entre otras, ni lo biológico, ni lo orgánico, ni lo emocional, ni la energía. Todos y cada uno de ellos compone esta unidad que es el hombre, la naturaleza. Por eso es fundamental para tratar a los “enfermos” y también para prevenir enfermedades, comprender este nuevo paradigma, y hacer de ello una práxis.
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