Incertidumbre

No sé a dónde van los caminos, ya no sé que se convierte en justo o injusto. La justicia imparte justicia para los que la conducen. El pueblo habla a veces, calla de hambre otras tantas. Inocentes no proclaman sus derechos por incapacidad de cumplir sus obligaciones. El pueblo se acomoda, y prefiere calles y revuelta. A luchar desde el lugar que le honra y merece que es el trabajo, para después dar salud y educación.

Vengo de una clase pobre con familia de clase media que se empobreció voluntariamente para vivir en la necesidad, necesidad en la que me crié, pero que no sufrí porque era mi realidad natural como niño. Distan muchos años de aquella realidad, los que eran mis padres ya no son los mismos. Yo he crecido, no he cambiado, veo mi imagen de niño y aún hoy puedo reconocerme allí. Mis ojos son mis hijos, quienes se han transformado en mi desvelo, ruego a Dios no darles que les sobre, para que sepan que es necesitar luchar para lograr objetivos en la vida.

Cada vez más se que el secreto de la felicidad está en las cosas simples de vivir. Claro que esta es la ventaja del que no se preocupa de que ha de comer hoy sino como ha de mantener su riqueza o sus inversiones. Esta preocupación encierra banalidad en sí misma porque se transforma en irreal. Siempre seguiré siendo yo, quien fui, quien seré, sólo envejecer a través e los años y tal vez solo tal vez tendré algo más de sabiduría. Sabiduría que no me dará la ciencia sino el vivir cada día. Hombre, en la vida creo sigo siendo hombre de bien. Luchando, esperándome, amando. Nadie puede imponernos nada que no queramos, pero nada se logrará de manera fácil. Lo que no tiene costo tiene un costo altísimo, sí señores, madres y aún niños, la deuda con el Fondo Monetario Internacional no es una salida de estado señor presidente Macri, es más deuda.

La asignación universal señoras madres no aparece de la nada, ni se gana de la nada, alguien alguna vez pagará ese costo, si no nosotros serán nuestros hijos. Vivimos en un país generoso. En estas semanas una mamá de 21 años trajo a su hijo de 16 días a la maternidad donde trabajo y lo interné por su patología, esa mamá era venezolana, y no por tener nada en contra de Venezuela o de su gente, esta mujer vino escapando de una realidad social que la abrumada. Ya encontró en este país, casa y trabajo, y una asignación universal por hijo por haber nacido argentino. En sus esfuerzos ya había podido traer a sus padres de aquel país, alejándolos de la miseria. ¿Quién no lo haría así? Más aún sola y sin el padre de su hijo que la abandonó embarazada. Tenemos internado un bebé que lleva más de cien días, nació solo con 26 semanas por una aborto. Como decían “vino con la pastilla abortífera puesta en la cabeza mientras nacía”.

Tras sus meses de internación y su fuerza por vivir viene su discapacidad mental y visual, sólo Dios podrá cambiar su destino. No señores, no es así como se honra la vida, la vida se honra dando el don de la vida que nos ha sido dada, siendo generosos con el que lo necesita y el que recibe saber que recibe pero que tiene obligaciones que cumplir tal vez alguna vez en una calle. No son Kishnerista ni Macristas, ni los que vayan por la amplia vereda del medio como llaman hoy a los Macristas. Nadie garantizará sus derechos, y sus promesas serán vacías, porque o vacían un país o no tienen capacidad de saber qué hacer con él. Se que mi discurso es rígido y se del rol social que ocupo. Pero nadie puede callar la voz de un pueblo libre democrático, sistema que debemos luchar por mantener y defender.