¿Cómo mejorar las habilidades de conversación?

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Psicología Clínica

Conversar, platicar, debatir, discutir, dialogar, charlar, parlar. Si nos detenemos a analizar el significado de cada una de estas palabras, podremos darnos cuenta que todas de una manera u otra designan la acción de hablar que llevan a cabo dos o más personas y por lo general tienen como objetivo intercambiar ideas, pensamientos y conocimientos sobre determinados temas.

El acto de entablar una conversación se puede realizar de varias maneras, la más tradicional es en la que se establece un diálogo cara a cara mediante el lenguaje oral o de señas. La tecnología suele ser la mediadora de una conversión en estos tiempos. A través de ella las conversaciones se pueden realizar de forma escrita, dígase correspondencia, correo electrónico, mensajería instantánea o video llamadas, etc. 

El hecho de diferenciarnos del resto de los animales por la capacidad de establecer el lenguaje verbal, hace que sea la manera de comunicarnos por excelencia, pero hablar todo el tiempo demanda de nosotros una responsabilidad con el otro. Resulta vital contar con el poder y los saberes necesarios para determinar cuándo una conversación no funciona y qué acciones deberíamos tomar para mejorarla. En este escrito tenemos como objetivo brindar algunos elementos que no se deberían decir cuando entablamos una conversación. 

La calidad de una conversación se va a ver reflejada en la amabilidad, la tolerancia, el respeto y el amor que se demuestren a través de esta por el otro. Mientras estos elementos no varíen en cuanto a la positividad que representan, poco importará la medida de las conversaciones que se lleven a cabo y los temas que se aborden. Cuando las conversaciones van encausadas por estos rumbos, todos los integrantes que dialogan van a estar beneficiados y esto se va a reflejar en el bienestar psicológico que experimentaremos en nuestro interior y con las personas con las cuales compartimos. 

Al ser la conversación una forma natural, efectiva y compleja de establecer lazos humanos, se vuelve imprescindible tener la capacidad de percatarnos de los deseos que tenga el otro de ser escuchado. En muchas ocasiones las charlas significan más tener la habilidad de escuchar que de hablar. Llegar a la comprensión plena entre los miembros de una conversación es alcanzar el clímax de la misma. 

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Existen un grupo de elementos claves que conforman lo que se pudiera decir una conversación saludable:

Contenido: lo que decimos. Aunque esto representa solo alrededor del 7% de lo que prestamos atención, pero aun así todavía importa

Proceso: cómo lo decimos. Se estima que el 55% del proceso se lleva a cabo mediante comunicación no verbal, siendo el 38% solo el tono vocal

Momento: cuando lo decimos. Esto influye mucho en cómo procesamos la información

Con mucho, lo más importante es el permiso: ¿Estamos hablando entre nosotros o el uno al otro?

El sentido de nuestras vidas en algún punto se basa en la capacidad que logremos desarrollar para comunicarnos de manera adecuada. Esta comunicación tiene un significado esencial que no es más que la respuesta que provoca, no la intención. A través de la conversación vamos a gestionar nuestra relación con el otro, con sus problemas, sus soluciones, etc. Prestar una atención adecuada, de alguna manera va a acortar la distancia en estas relaciones y va a impedir que nos expresemos de manera incorrecta o irrespetuosa, específicamente cuando el otro nos confía sus situaciones problemáticas. Es por esta cuestión que queremos presentarle un grupo de frases o palabras que se deberían evitar por todos los medios en una conversación. 

A continuación les presentamos 10 cosas que no debes decir en una conversación:

  1. Cálmate 
  2. Relájate
  3. No llores
  4. Eres muy sensible
  5. Estás exagerando
  6. Todo pasa por alguna razón 
  7. Cuando yo tenía tu edad
  8. Buena suerte con eso
  9. La vida de otros es peor que la tuya
  10. No lo tomes con tanta seriedad

La conversación es un espacio en el cual se gestan las relaciones sociales. Las mismas pueden ser repentinas e invisibles para muchos: relaciones entre personas, problemas, soluciones, procesos, objetos y mucho más. De ahí la importancia de saber cómo llevar sus hilos en aras de no dañar la integridad y el bienestar psicológico del otro.

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