Lacan y el inconsciente real

Frase Jaques Lacan

Psicoanálisis

Una de las tergiversaciones que se suele hacer de Lacan ocurre cuando habla del inconsciente real y creo que no tiene nada que ver con una disyunción o abandono de lo simbólico, aunque algunos así lo sostengan.

Lacan dice en reiteradas ocasiones que no hay progreso: el inconsciente real no viene a sustituir al inconsciente charlatán, lo simbólico no deja de estar en juego en un análisis.

Entiendo, a partir de mi lectura y práctica, que no podemos descuidar la articulación lógica implícita en la definición de lo real como imposible, aquello que no cesa de no escribirse ya que, como dijo nuestro querido Aristóteles, “lo imposible se corresponde con lo necesario al tener la misma virtualidad, en nuestro asunto, lo que no cesa de escribirse.

¡No podemos hacernos los desatendidos! Menos si Lacan nos dice que:

la idea de que no hay real sino lo que excluye toda especie de sentido es exactamente lo contrario a nuestra práctica, pues nuestra práctica nada en la idea de que no solamente los nombres, sino las palabras simplemente tienen su alcance”.

¡Las palabras tienen su alcance! El psicoanálisis parte del punto de llegada de la antropología: los seres hablantes, parlêtres.

Como sabemos, el hecho de hablar no es gratuito, sin consecuencias. En L´etourdit Lacan se interroga si es por el hecho de habitar el lenguaje que no hay relación sexual o si es por el hecho de que no hay relación sexual que lo habitamos. Es un incógnita a modo de qué vino primero si el huevo o la gallina. La respuesta es lo real (no es el uno sin el otro).

Ahora bien, ¿qué implica lo real de la no relación sexual que el lenguaje supliría?

Lo real del ser hablante es que desde antes de haber nacido viene a ocupar, si tiene suerte, un lugar en el deseo del Otro: un hombre y una mujer que se las arreglarán como puedan para cumplir sus funciones de padre y madre, y constituir un Sujeto.

Claro es que ocupar un lugar en el Otro va a depender del Otro y qué lugar nos ofrece. Sabemos que hay Otros y Otros como lugares y lugares. En la Conferencia de Ginebra sobre el Síntoma, Lacan es esclarecedor al decir que:

los padres modelan al sujeto en esa función que titulé como simbolismo. Lo que quiere decir, estrictamente, no que el niño sea el principio de un símbolo sino que la manera en que le ha sido instilado un modo de hablar, no puede sino llevar las marcas, del modo bajo el cual lo aceptaron los padres.

Es un hecho que el lugar que el niño vino a ocupar, cómo fue aceptado, cómo le hablaron, deja sus marcas. En la clase del 14 de diciembre de 1976 Lacan pregunta: ¿La cadena del inconsciente se detiene en la relación de los padres? ¿Es, si o no, fundada esta relación del niño a los padres?

Podemos pensar que el inconsciente es el sedimento del lenguaje, son estas palabras y modos de hablar que le instilan al niño. No podemos descuidar esto puesto a que es el material de trabajo con el que nos las vemos día a día en nuestra práctica.

En el consultorio nos encontramos con un Sujeto que habla. Habla de sus padres, qué sus padres, cuándo sus padres, cómo sus padres, nde sus padres y por qué sus padres, ya que son ellos quienes les han transmitido la langue.

El punto es que, como toda lengua, por estructura está fallada, lo simbólico no recubre lo real, en el inconsciente hay un agujero, algo que está más allá de los padres. Freud a esto lo denominó Urverdrängung y precisó, a su manera, que no era aprehensible por significantes pero servía de resorte para la represión propiamente dicha.

El embrollo del padecer radica en que el neurótico, portador de su inconsciente, está LING-ZU, lleno del Otro, pero no sabe qué hacer con este agujero, entonces el recurso que tiene al alcance de la mano es taponarlo.

Esta solución a modo de pan para hoy, y hambre para mañana deja como consecuencia síntomas.

¿Qué dice Lacan sobre el síntoma en este momento de su enseñanza? Que el “síntoma es real. Es incluso la única cosa verdaderamente real, es decir que conserva un sentido en lo real. Es por esta razón que el psicoanalista puede, si tiene oportunidad, intervenir simbólicamente para disolverlo en lo real.

¡Intervenir simbólicamente para disolverlo en lo real!, no se contradice con lo que decía al comienzo de su transmisión cuando plantea que “Síntoma de conversión, inhibición, angustia, […] se trata de desanudarlo, y esto quiere decir devolverlos a la función de palabra que ellos sostienen en un discurso cuya significación determina su uso y su sentido.

Claramente es fiel a sus principios sosteniendo la idea de que no hay progreso.

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