El concepto mas abstracto del mundo es el de “madurez”, ¡tengo pruebas y ninguna duda!
Y es que… cómo se responde a la pregunta: ¿Quién es más Maduro?
La respuesta a esa pregunta nos deja un problema básico, que se encuentra implícita en la misma “comparación” que conlleva a la respuesta.
¿De qué manera se compara válidamente la madurez entre personas, si todas han tenido condiciones de vida que les han exigido diferentes niveles de “desarrollo” ya sea mental, emocional, o de responsabilidad?
Me explico: una persona con condiciones de vida “complejas” ha crecido mentalmente (en ciertos ámbitos) a una velocidad distinta que una persona que ha llevado una vida “color de rosas”.
Pero, yo pregunto: ¿Es mérito de la persona? No, es un resultado de su historia, la propia experiencia se lo ha impuesto.
En este punto comienza a dejar de tener sentido sobrevalorar o subvalorar a alguien más o menos maduro. Incluso si se fuera a evaluar, habría que hacerlo teniendo en cuenta la situación social que ha definido la vida de cada sujeto.
La ilógica comparación de la madurez, no es generalizable porque deviene de la historia peculiar de cada cual. En cualquier caso, se debe analizar: ¿para estas condiciones X, el sujeto ha llegado al nivel de crecimiento mental para el cual tuvo recursos experienciales para alcanzar?
No pretendo ser absoluta en mis presupuestos, pero resulta innegable decir que no existen sujetos que pudieran estar en un rango que pudiéramos llamar “inmaduro”, pero debe ser visto así, en específico, no comparativo.
¡Por otro lado! La madurez no es una característica que pudiéramos valorar como de funcionamiento general. Es decir, un sujeto puede mostrarse “maduro” en un ámbito laboral o de estudio, pero ser extremadamente inmaduro emocionalmente.
Otro elemento que siempre ha sido, erróneamente, enlazado con la madurez, es la seriedad. Una persona más seria será vista como más madura, sin embargo, la persona que ríe mucho, que aveces le pone cierta perspectiva de humor a los problemas, tiende a ser entendida como infantil.
Queridos señores que piensan y juzgan desde esta perspectiva, no funciona así.
¿Madurez? La madurez se manifiesta en la toma de decisiones importantes, en el control inteligente de las emociones cuando es necesario. La madurez se expresa a través de la comprensión y la empatía, en las maneras de reaccionar a los problemas y conflictos de la vida. En esencia, en la manera de ¡Afrontar!
Pero, vuelvo a repetir y es poco el énfasis que se haga en este aspecto, si tu manera de afrontar cualquier situación en la vida no es tan madura como tal vez, la mía; no es traducible a “mal tú” o “mejor yo”. No dimos los mismos pasos ni estuvimos en los mismos lugares.
¿Y si tú estás siendo lo más maduro(a) que te permite tu historia? ¿Y yo lo más madura que me permite la mía? Quizás simplemente estás en la etapa de tu vida en la que te toca una menor madurez.
Des-normalicemos vincular inmaduro con malo/deficiente.
En fin, el hecho es que no está escrito en el mismo código nuestra madurez, por tanto no se puede llevar a la misma escala. ¿Podemos cuestionarnos nuestra madurez? ¡Sí! Pero no en base a otra plantilla… tiene que ser nuestra plantilla.
Entonces, espero de alguna manera haber quitado la presión que a veces puede causar ese término tan pequeño, pero en ciertas manos nada inofensivo.
Y ustedes, ¿me cuentan cómo se consideran?
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