¿Tengo una relación sana? Mitos y realidades sobre el amor

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Relaciones de pareja

Somos seres esencialmente sociales, el “otro” es sumamente importante para nuestro desarrollo. Al decir de Vygotsky, el ser humano no puede vivir sin un otro que le sirva de andamiaje, lo cual significa que no podría subsistir. Sería imposible que sin un grupo social con el que se identifique un niño creciera de forma saludable, complementando su desarrollo socioemocional y satisfaciendo sus necesidades afectivas y sociales.

En estas interacciones con los otros se van estableciendo vínculos fuertes que devienen en profunda amistad y relaciones de pareja. La pareja humana no es pareja, en el sentido de no ser igual; supone la diferencia. Tampoco es semejante, ni parecida, ni similar, ni idéntica, ni lisa; está llena de facetas. No es tampoco una organización homogénea o monótona. Tampoco es continua, ni es tersa o suave, aunque su definición nos lleva a pensar en esos sinónimos. Por el contrario, la pareja humana supone contrastes, variaciones y desequilibrios que pretenden la estabilidad. Se podría pensar que la pareja es una estructura simple, por poseer menor número de integrantes que otros sistemas humanos; pero dadas las características citadas, observamos una organización humana compleja, diferente a los individuos que la conforman.

Es frecuente que al inicio de una relación las personas comiencen a ver el mundo con gafas de colores; pero ojo, no permitas que estas gafas se conviertan en un antifaz que te impida ver que tu relación, tal vez, no es tan sana como debería ser y, a corto, mediano o largo plazo acabará dañándote.

Es normal que en las relaciones existan etapas más satisfactorias que otras, épocas de crisis, diferencias de criterios y desavenencias; somos personas diferentes y con intereses, deseos, hábitos y motivaciones distintas. Cuando en una relación estás a gusto, disfrutas y existe el respeto, podemos hablar de una relación sana.

¿Cómo saber si estás en una relación sana?

Dos personas que se encuentran en una relación sana habitualmente se sienten a gusto haciendo cosas juntos, pero sin permitir que la otra persona imponga sus deseos. Lo mejor es acordar las cosas que quieren hacer; pero también realizando actividades por separado. Es bueno mantener el espacio individual, con tus aficiones, amistades y familias. En una relación sana no necesitarás comportarte de manera diferente a lo que eres para agradar a otras personas. Además, las opiniones de ambos son igual de importantes, aunque sean diferentes. Cuando existe una discusión o problemas la pareja intenta buscar soluciones satisfactorias para ambos, a través del diálogo y la negociación, sin usar la imposición, la amenaza o el chantaje afectivo (“si me quieres de verdad…”). La confianza y la honestidad son ingredientes indispensables en una relación sana, donde puedas hablar de cualquier tema y expresar tus sentimientos con confianza, sin miedo a la reacción de la otra persona. Para ello es imprescindible la comunicación basada en el respeto y la escucha asertiva, donde se controlen y eviten las expresiones violentas de agresión o ira.

En este tipo de relaciones se respetan los límites de la otra persona, aunque no se esté de acuerdo. Además, las relaciones sexuales son por deseo y mutuo acuerdo y se debe aceptar un NO sin problemas. Existe el respeto a las diferencias y ambos apoyan sus proyectos y decisiones, y pueden aconsejarse al respecto, pero cada uno asume la responsabilidad de su vida.

Es sumamente importante el reconocer el derecho de la otra persona a la libertad y a cuidarse por sí mismo, y mantener siempre la equidad de género en la relación, con un ejercicio democrático del poder, sin que puedan existir personas dominantes ni dominadas. Si uno de los dos decide terminar la relación puede plantearlo sin miedo, sabiendo que la otra persona respetará su decisión, aunque no le guste.

Es posible que pienses que esto no tiene mucho con ver con lo que tu familia, amigos y la sociedad en general te han inculcado a través de los años sobre el amor romántico. Ese precisamente es uno de los factores que propician que a veces te encuentres en una relación insana, muy frecuentemente llamada “tóxica”, y no seas consciente de ello. Nos han contado que lo ideal para las relaciones son el amor a primera vista, el “no puedo vivir sin ti”, las pruebas de amor, el sacrificio y sufrimiento por la otra persona.

Un denominador común en las conversaciones sobre estos temas son los frecuentes consejos para encontrar a otra persona totalmente complementaria, que sea capaz de fundirse contigo olvidándose de la individualidad de cada cual, necesitándola en todo momento, una “media naranja” que te completa.

Estas ideas que nos han transmitido sobre lo que es el “amor romántico” no son adecuadas precisamente para construir relaciones sanas y, por el contrario, conllevarán desengaños y frustraciones.

Conocer algunos de estos mitos nos ayudará a dilucidar entre “lo que pensamos de cómo deben ser las relaciones” y lo que ocurre en realidad, así podrás identificar si estás en una relación sana o no.

Mitos y Realidades:

1. Si no siento celos en mi relación es que no amo de verdad a esa persona. Sentir celos es la prueba definitiva de que estoy enamorad@.

Los celos son muestra de inseguridad, de dominio y posesión.

2. Si estoy en una relación, mi pareja tiene que saber lo que me pasa sin tener que preguntármelo. Los que se quieren de verdad adivinan lo que el otro necesita.

La comunicación es la base de las relaciones. Si sustituyes la comunicación por la adivinación nunca funcionará la relación.

3. El amor todo lo puede, si nos queremos de verdad nada puede salir mal. Mito del verdadero amor y de la omnipotencia: imaginar la existencia de una relación ideal, sublime, alejada de conflictos.

Una relación va a funcionar o no por la influencia de muchos factores además del amor. Si tienen amor, pero no tienen respeto, confianza, amistad… la relación nunca va a ser positiva.

4. Mientras más preocupaciones provoca una relación tanto mejor será esta. El sufrimiento, dolor y llanto son muestras de una relación muy intensa y por tanto buena.

Los desacuerdos e incluso los conflictos son inevitables, pero las relaciones funcionan mientras te sientas la mayor parte del tiempo bien con la otra persona.

5. Cuando estoy en una relación debo hacerlo todo junto a la otra persona.

Aunque te guste hacer cosas con la otra persona, tienes que seguir manteniendo tu vida, unas amistades, una familia y actividades que te gustan hacer.

6. Las personas con características opuestas son las ideales para una relación, pues los opuestos se atraen y se complementan.

Aunque todas las personas somos diferentes, el tener afinidades con la pareja puede facilitar el buen funcionamiento de la relación.

7. El romanticismo es la base de una buena relación.

Las bases de una buena relación son el respeto, la comunicación y la confianza.

8. Tengo que hacer feliz a la persona con la que tengo una relación. La persona con la que mantengo mi relación debe hacerme feliz.

Es importante estar a gusto en la relación, pero cada un@ debe buscar la felicidad por sí mism@. Esta forma de pensar genera dependencia, ya que se asume que no se tiene la capacidad de ser feliz a menos que otros te hagan sentir feliz.

9. Si se está bien en una relación no pueden gustarte o sentirte atraíd@ por otras personas. Que no me guste alguien más es una muestra de que quiero de verdad a mi pareja.

Que otras personas nos atraigan o gusten es natural. Que esa atracción se convierta o no en algo más es una decisión que se toma en función de los deseos y compromisos que se tengan establecidos con la pareja.

10. La relación debe servir para alcanzar todos nuestros sueños.

La relación no debe cumplir todos tus sueños, al ser esto imposible solo provocará frustración.

11. Si la otra persona decide terminar la relación debes “aferrarte” a ella y luchar por la relación.

Aunque duela, debemos respetar la decisión de la otra persona.

12. Mito del amor eterno: creer que el amor es invariable, longevo y definitivo.

Mantener una relación solo tiene sentido cuando nos aporta cosas positivas la mayor parte del tiempo, no es coherente ni saludable que tengas a tu lado a una persona que te haga daño.

Entonces ¿tienes una relación sana o no?

Bibliografía consultada

  • De la Espiriella, R. (2008). Terapia de pareja: abordaje sistémico. (A. C. Psiquiatría, Ed.) Revista Colombiana de Psiquiatría, Vol. 37(1), p. 175-186.
  • Paz, J. (2010). Relaciones y parejas saludables: cómo disfrutar del sexo y del amor. Sevilla: Edita Junta de Andalucía. Consejería de Salud.

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Licenciada en Psicología

Licenciada en Psicología por la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana. Exalumna Ayudante de las asignaturas Psicología de la Personalidad y Psicología y Género. Ha presentado resultados de investigaciones en eventos nacionales e internacionales como el Encuentro Internacional de Estudiantes de Psicología, Encuentro Internacional sobre Gestión de Ciudades Patrimoniales, Jornadas Científicas Estudiantiles, Evento Académico Adolescer y el Encuentro Nacional Estudiantil de Periodismo, Comunicación e Información Digital Petabyte 2021. Fue coordinadora durante dos años del Proyecto TerrA de la institución a la que pertenece. Co-fundadora del Proyecto Comunitario B 6 12. [...]