Soñé… despierto, de la forma que me gusta soñar.
Me gusta proyectar, no ilusionar, porque muy probablemente esto no se cumple, si proyecto y no sueño, daré pasos caminando hacia ese proyecto.
Soñé un día contigo, soñé encontrarte, soñé charlar, de tus cosas de las mías, de tus días y mis días, de tus aciertos y desaciertos, también tu oído atento escuchando los míos.
Imaginé tu cuerpo vestido especialmente para mi, asombrándome mirándote, quedando boquiabierto y callado solo mirándote. Y escuchándote sin oír porque no podía dejar de mirarte.
Tus días interesándome y oyéndote apasionado, porque me intrigan tus días. Imaginé una noche larga, tan larga como si fuera la última noche, es que quien sabe si no sería.
Imaginé yéndonos juntos, cayéndonos de sueño.
Imaginé desvestirnos y disfrutar de nuestros cuerpos enredados, desnudos, desvergonzados buscándonos, hasta la hora que quisiéramos, y dormirnos casi sin darnos cuenta, enredados.
Me imaginé imaginarme como tu sueño y tu recuerdo de amor.
Me imaginé tuyo y te imaginé mía al menos ese tiempo.
Magnetismo. Nuestra historia de amor.
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