Me despierto y lo primero que se me viene a la cabeza es la ya tan conocida pregunta sobre el amor …¿qué es el amor? acaso se podría plantear como una especie de construcción singular, de-construcción de varias historias que se juegan allí en cualquier vínculo de tinte privado e íntimo, concepto muy propio que tiene el ser humano.
Por consiguiente, en relación a la cuestión amorosa, me hace ruido otra interrogante también instalada como la ya “conocida”, “común” entre los sujetos: ¿qué es la amistad? No creo que vos la fundamentes igual que yo, siempre se “colará” algo del orden de lo específico, propio del sujeto, como aquella firma tan particular que inventamos para dar(nos) una identidad, algo que (nos) marque como únicos y que no se parezca en ¿absoluto? a la firma de otro.
Pero… yo creo que la amistad es tan amplia y compleja como lo es el amor, o quizás sea porque en cierto punto se encuentran y re-encuentran una y otra vez, eso es lo que hace al lazo, el mismo que a veces no podemos (o no queremos) des-anudarlo, el mismo en donde el sujeto sufre, padece, putea al otro, “me traicionó”, “yo dí todo por él/ella”, “no tiene códigos”, “se borró por un novio y no me dió más pelota”… cuestiones interesantes ya que detrás de cada cita entre comillas sobre decires ¿comunes? se encubre una singularidad en cada palabra que se dice, todas esas frasecitas hechas en realidad se encuentran ancladas, dirigidas hacia otra cosa, historizadas de manera diferente, y eso es lo maravilloso del psicoanálisis, que además de que el neurótico (o por qué no el psicótico) termina hablando del amor …te enterás (escuchando) de conceptos, ideas, historias muy copadas que te hacen re-pensar constantemente la actualidad.
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