Del idealismo de Hegel al materialismo de Marx

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Filosofía, Social

A través de la historia se ha demostrado  que el problema esencial de la filosofía ha sido la relación entre el pensar y el ser, entre la naturaleza y el espíritu.

Los filósofos de todos los tiempos se preguntaban: ¿qué es lo primero: la naturaleza o el espíritu?, según su respuesta se agrupaban en dos grupos opuestos: idealistas o materialistas.

Los idealistas eran los que creían en la creación del mundo a través del espíritu de un Dios omnipotente con poderes supremos para concebir el mundo, y los materialistas son los que ponen en primer lugar a la naturaleza.

Comienzo mi trabajo esclareciendo las diferencias entre idealismo y materialismo porque es necesario comprender la posición de Carlos Marx, desde su perspectiva a favor del materialismo filosófico.

Específicamente analizaré la Crítica de la dialéctica hegeliana y de la filosofía de Hegel en general, que hace Marx en su tercer manuscrito.

En el manuscrito Marx hace referencia a los aportes de los relevantes representantes de la filosofía clásica alemana de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, así como las limitaciones que tuvieron en su  pensamiento.

De manera general, los principales defectos del viejo materialismo consistían en que se concebía la esencia humana en abstracto, y no como el conjunto de las relaciones sociales, razón por la cual no hacía más que  interpretar el mundo, en vez de transformarlo; no tenía en cuenta los progresos de la ciencia, por lo que era predominantemente mecánico; no tenía un carácter histórico ni dialéctico y no mantenía el criterio de la evolución en todos sus aspectos.

El marxismo logró una revolución en la filosofía porque se apoyó en los datos concretos de las ciencias sociales y naturales y sobre todo supo aprovechar con espíritu crítico las notables conquistas del pensamiento filosófico precedente.

El representante más relevante de la filosofía clásica alemana fue Hegel. En su filosofía aparece la realidad como un proceso único de la formación dialéctica, que comprende la naturaleza, la sociedad y el propio pensamiento humano.

Creo que la crítica que hace mal a Hegel y a Feuberbach fue la crítica a la religión, puesto que la religión ha sido fuente de la enajenación del hombre y la enajenación impide la emancipación del mismo.

La dialéctica de Hegel en su contenido racional representaba la conquista suprema del pensamiento filosófico premarxista, porque como bien dijera Lenin, Hegel intuyó en la dialéctica de las ideas la dialéctica de las cosas.

Luego en la formación de la filosofía marxista y continuando las ideas de Hegel,  Ludwig Feuberbach desempeñó un importante papel, sobre todo en su crítica materialista del idealismo filosófico y de la religión cristiana.

Feuberbach es el único que tiene respecto de la dialéctica hegeliana una actitud seria y crítica. Restableció el materialismo en la vida espiritual de la sociedad alemana de aquellos tiempos. Mostró que el pensamiento es el resultado de la actividad del cerebro humano, por lo cual la materia no es producto de la actividad de la idea, sino que lo ideal es resultado del principio material.

En cuanto la crítica de la religión, Feuberbach refiere la aparición de la religión a las fases tempranas de la historia de la humanidad. Piensa que el hombre cree es un ser supremo, debido a que tiene ignorancia de los fenómenos de la naturaleza que suceden a su alrededor. Busca un Dios porque quiere ser perfecto, tiene fe en él porque quiere ser feliz y se resiste a morir.

La religión promete al hombre la salvación después de la muerte. La filosofía está llamada a realizar en la tierra lo que la religión promete en un más allá, y proporciona a los hombres la conciencia de sus posibilidades reales para alcanzar la felicidad.

Pero Feuberbach no comprendió el carácter dialéctico del mundo material y rechazó la dialéctica de Hegel conjuntamente con su idealismo. Tampoco comprendió la importancia de la actuación práctica –crítica, de ahí que devenga su concepción idealista de la historia de la sociedad.

A pesar de criticar la filosofía idealista (teología racionalizada o especulativa), no pudo separar el núcleo racional de la dialéctica hegeliana, no comprendió la necesidad de la creación de una dialéctica nueva que fuera materialista.

Hay que destacar el carácter objetivo de la negación, habla de la lucha entre lo nuevo y lo viejo, de la negación de la negación, en el sentido en que Hegel comprendía este proceso.

También en contraposición al idealismo y a la religión, él enseña que la naturaleza es la realidad única. A diferencia de los materialistas del siglo XVIII, niega la concepción mecanicista de la vida, pero no niega la adecuación objetiva en la naturaleza viva. Por eso no rebasa en su totalidad los límites del materialismo metafísico y casi no recurre a los datos de las ciencias naturales, particularmente a la teoría de Darwin.

“Para Hegel – escribía Marx en El Capital-, el proceso del pensamiento, al que convierte incluso, bajo el nombre de idea, en sujeto con vida propia, es el demiurgo (el creador) de lo real… Para mi, por el contrario, lo ideal no es más que lo material traspuesto y traducido en la cabeza del hombre”.

Eso quiere decir que para Hegel el pensamiento y la razón son la esencia absoluta de la naturaleza, el hombre, y la historia que conforman la realidad.

Las partes fundamentales del sistema filosófico de Hegel son la lógica, la filosofía de la naturaleza y la filosofía del espíritu. Hegel toma la lógica como doctrina de la esencia de todas las cosas y examina los conceptos generales elaborados históricamente en el proceso de desarrollo del conocimiento humano. Además revela las categorías del pensamiento teórico-científico.

Marx señala un doble error de la filosofía hegeliana, por ejemplo, cuando concibe la riqueza, el poder estatal, etc, como esencias enajenadas para el ser humano.

Hegel, en su obra la Fenomenología del espíritu, examina las relaciones entre la conciencia y el objeto. La conciencia descubre al objeto en su propia esencia y destaca como las relaciones sociales surgen de la autoconciencia humana que conduce a la verdad absoluta y a un régimen social racional.

Lo singular de la Fenomenología hegeliana es que concibe la evolución del hombre como un proceso, y capta la esencia del trabajo. Concibe el trabajo como la esencia y esa esencia se conoce como la enajenación del hombre.

Carlos Marx se refiere al falso positivismo o al aparente criticismo de Hegel, que tiene su raíz en el hombre autoconsciente, que ha reconocido y superado como autoenajenación el mundo espiritual y lo confirma en la forma enajenada. Por lo que Feuberbach lo llama poner, negar y restaurar la Religión o la Teología, pero concebida de modo más general.

En Hegel la negación de la negación no es la confirmación de la esencia verdadera mediante la negación del ser aparente, sino la confirmación del ser aparente o del ser extrañado de sí en su negación. Por tanto la Religión es la autoconciencia enajenada del hombre.

En resumen, se aprehende (dentro de la abstracción) del trabajo como acto autogenerador del hombre. Este acto aparece puramente formal porque el ser humano mismo sólo tiene valor como ser abstracto pensante, como autoconciencia y como la aprehensión es formal y abstracta, la superación de la enajenación se convierte en una confirmación de la enajenación

Al comenzar el trabajo establecí dos conceptos: idealismo y materialismo. Pero, ¿dónde ubicar a Hegel? El era idealista porque no consideraba las ideas de su cerebro como reflejos abstractos de los objetos, sino eran los objetos y su desarrollo los reflejos de la idea existente.

En la filosofía de Hegel hay que delimitar su método dialéctico, que para Marx era el lado progresivo de la doctrina, y su sistema, es decir, su doctrina de la naturaleza y la sociedad como formas de la idea absoluta, que constituye el lado conservador.

Hegel estima que la filosofía se diferencia de las otras ciencias por proporcionar un conocimiento acabado y absoluto de la realidad, él consideraba su filosofía como “ciencia de la ciencias”, porque tenía la pretensión de crear un sistema filosófico de conocimientos absolutos.

La dialéctica hegeliana enseña que el conocimiento es universal, el sistema filosófico niega la universalidad de este desarrollo.

El núcleo racional de la dialéctica idealista de Hegel lo constituyen muchas de sus ideas relativas a la concepción de leyes más generales de desarrollo de la naturaleza, la sociedad y el conocimiento, en particular a la teoría del conocimiento y a la lógica.

Sin embargo todos estos problemas, que Hegel planteó desde las posiciones del idealismo, solo pudieron adquirir solución científica en el terreno de la filosofía marxista, que aplica con un criterio materialista el método dialéctico.

De este modo las ideas racionales de la dialéctica idealista hegeliana fueron tomadas con un criterio materialista por los continuadores de esta línea.

Con la aplicación de la dialéctica, los marxistas crearon la teoría materialista dialéctica del conocimiento y la lógica, que indica las vías y procedimientos reales para el conocimiento de la dialéctica objetiva que impera en la naturaleza y la sociedad.

Pero esto significaba la creación de un método de conocimiento nuevo de la realidad, radicalmente opuesto al método hegeliano. Y precisamente Carlos Marx se dedica a estudiar los aspectos positivos y negativos de cada filósofo y así llega a crea su propia filosofía marxista.

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SicologiaSinP.com - Lis García Arango

Licenciada en Periodismo

Licenciada en Periodismo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana Periodista (redactora,reportera y editora web) en TV Yumurí. Actualmente estudiante del programa de Doctorado en Literatura Latinoamericana en la Universidad de Concepción, Chile Autora del libro Manuel = Manuel, por Ediciones Matanzas. [...]