La ocurrencia del analista fuera del espacio analítico, un estudio de caso

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Psicoanálisis

El siguiente artículo forma parte de un caso presentado a raíz de de las jornadas clínicas del 03/04/18 en la Fundación Tiempo de la Ciudad de Buenos Aires. Aclarar que mismo cuenta con la plena autorización del paciente. El objetivo de este trabajo es de alguna manera transmitir el placer que siente el analista cuando se van desenredando las manifestaciones del Inconsciente del analizante.

El paciente al que llamaremos Patricio se presenta telefónicamente diciendo que empezó a sentir pánico y angustia muy intensa. Patricio tiene 30 años y se presenta a la entrevista muy angustiado tras haber abandonado la casa de su pareja (Gustavo) de manera abrupta por sospechas de infidelidad luego de 2 años de convivencia.

Es el menor de 7 hermanos, sus padres se separaron cuando tenía 3 años. Su padre murió cuando Patricio tenía 12. Cuenta que fue un padre violento, alcohólico, jugador, poco presente y que había derrochado la fortuna familiar heredada. Durante las primeras sesiones pudo tranquilizarse y empezar a trabajar, asociar, traer sueños, etc.

Varias veces trae el miedo a sentirse vulnerable, “eso me pone en situación de desventaja”. Manifiesta explícitamente tener miedo a la frustración, al fallo, al gran perder, al estar en falta, al fracaso. Dice ser muy perfeccionista, si falla algo se echa a perder, le molesta mucho que le marquen un error. 

También cuenta que en el secundario salió abanderado y con medalla de honor por sus buenas calificaciones pero sin embargo todavía tiene pendiente el examen final de la materia Historia. Tuvo un profesor con el que confrontaba mucho y nunca más se presentó a rendirla para no encontrarse con él, lo que generó que no haya podido terminar el secundario y entrar en la facultad a cursar la carrera de Química, la cual le gusta mucho porque según él: “ser químico es como jugar a ser Dios” 

Le propongo hablar sobre la materia pendiente, dice que es un tema que lo tiene bloqueado y que prefiere no hacerlo. Insisto en esto, le propongo hacer un juego de rol play donde soy el profesor y el podría decirme lo que quisiera. Me pide que le respete que en este momento no puede jugar a eso.

En sesiones posteriores siguió trabajando acerca de su tendencia a buscar “la figurita difícil” y también el estar con la sensación de que no alcanza todo lo que hace, según sus palabras. Dice que está empezando a cambiar algunas cosas en su manera de pensar, se da cuenta que las cosas no son blancas o negras:

“Dudo de todo y siento que está bueno. Estoy en un sube y baja de emociones. Siempre fui como un Amish (grupo religioso menonita que se viste sin mostrar ninguna parte del cuerpo) Una persona muy tapada, yo soy muy tapado con mis emociones”

Transcurridas varias sesiones le propongo empezar a trabajar en el diván a partir del próximo encuentro, se mostró sorprendido pero aceptó con agrado. Fue en ese momento que contó un sueño bastante rico. 

Son cuatro escenas bien diferenciadas: 

En la primera: Soñé con dos hermanos, uno estaba enojado con el otro.

En la próxima escena hay una chica llamada Vida que era hermana del espacio y del tiempo. La hermana (Vida) estaba tranquila mientras ellos le gritaban. 

En la tercera yo viajaba en el tiempo y me encontraba con mi papá y mi mamá. Tenía algo para decirles pero finalmente no se los dije. No iba a hacer falta. 

El sueño termina con un viejo que soplaba una vela y decía “la historia se repite”. Esto me dejó muy tranquilo porque yo en el sueño entendía todo. 

A continuación el relato literal del paciente:

En la primera escena había un hermano que dormía, el otro le reclamaba al padre. El padre era igual al viejo del final. Era de cera y tiene una vela. Las velas son vidas. 

Xibalba es un candelero que decide quién vive. Es un viejo muy avaro que esclaviza a la gente. Explica que Xibalba es un Dios maya del inframundo que simboliza a la muerte. Es un personaje de la película “el libro de la vida” hecha en dibujos animados.

En la segunda escena el espacio y el tiempo se enojaban con la vida. 

En el siguiente encuentro, le propongo a Patricio que cuente nuevamente lo que recuerda del sueño y al volver sobre la última escena con el hombre de cera, dice “la historia se repite”, siento claridad, haber entendido todo.

Sensación de tranquilidad. Me estoy tratando de decir algo a mí mismo. 

Recuerda una frase que le había dicho en otra sesión: las personas hacen lo que pueden, no lo que quieren, “Me cuesta mucho resignarme a que sea verdad pero ahora creo que es cierto”.

Nunca me pongo en lugar de prioridad, siempre me coloco en segundo plano. En mi vida, la historia se repite, me genera tranquilidad.

En la sesión siguiente dice: “me estoy empezando a sentir más tranquilo, con más calma, sensación de más calma. Estoy cansado de pelearme con la realidad. Se te pasa la vida por delante. Nos olvidamos de las cosas grandes. Me estoy reencontrando con mi vieja. Me creo autosuficiente. No tengo ganas de seguir atado a los fracasos”.

Al mencionar la palabra fracaso se me ocurre preguntar por la materia que tiene pendiente. 

Cuenta que el profesor era desagradable, pintón, suficiente. Odiaba las respuestas que él tenía. Era estricto en el contenido. Complicaba las cosas. Me cuenta que me ganó de mano porque se anotó en el plan fines para rendir la materia y terminar la secundaria. 

Cuando le pregunto cómo puede ser que en estos doce años no se le haya ocurrido antes tratar de rendir la materia, dice que quizás fue un acto de rebeldía, es una manera de aceptar el fracaso. Aceptar la pérdida.

Cuenta que su madre, si bien tuvo que criar a 7 hijos sola y con pocos recursos económicos, siempre fue muy crítica, absolutista, arrogante, exigente. 

Patricio siempre asistió a las olimpiadas de matemáticas y si algún año no lo hacía, esto era muy mal visto por su madre. 

La atención flotante implica abandonar nuestros prejuicios y nuestras defensas y lanzarnos a la deriva esperando que la marea haga lo suyo. Si de un lado el paciente asocia libremente, del otro lado el analista queda librado a la escucha, uno y otro inconsciente se encuentran.

El inconsciente del paciente y el del analista se unen y trabajan haciendo un equipo dinámico y fructífero. Lo trabajado en el espacio analítico queda resonando en la cabeza del analizante fuera de sesión. 

Lacan dice que el análisis a veces transcurre más entre sesiones que en sesión. Esto que acontece no es un exclusivo mecanismo del paciente. A los analistas también nos quedan resonando los significantes vertidos en el espacio analítico. Los analistas soñamos con los pacientes, asociamos y ligamos fuera del consultorio también. 

Fue después de esta sesión, fuera del espacio analítico cuando aparece una ocurrencia en mi cabeza que viene a colación de todo lo trabajado con Patricio en las últimas sesiones. 

La historia se repite” esa es la frase con la que termina el sueño; yo intuía que esa frase era importante, la sensación de calma que le provocaba a Patricio, el haber entendido todo, daba la impresión de que era una frase reveladora de algún punto nodal. Había intentado indagar en Patricio alguna asociación sin lograr que aparezca ningún sentido relevante en esa frase. 

La metáfora, la condensación se me aparece a mí en el momento menos pensado.

La historia se repite” parecería referirse a que en la vida hay ciclos que se van repitiendo, escenas que se repiten, mecanismos de repetición, etc. Todo eso había pasado por mi cabeza en el espacio analítico. Lo que no había pasado por mí pensamiento era que la palabra HISTORIA, en realidad se refiere a la materia HISTORIA que es la que adeuda Patricio para terminar el secundario.

La única materia que reprobó Patricio luego de haber tenido sobresalientes notas en toda la vida escolar es historia. Patricio tiene que repetir el examen de historia luego de haber fracasado en la cursada por primera vez en su vida. 

Ese fue su acto de rebeldía, su manera de aceptar el fracaso, la pérdida. 

El viejo del sueño es el profesor que remite a la ley, es el que sopla la vela, es el candelero que decide quién vive. Si bien este episodio en su vida le provocó mucha frustración e impotencia, en el sueño le daba tranquilidad, calma. 

La tranquilidad que otorga la ley que muestra al sujeto que está barrado, que no es Dios. 

Patricio no se animó a repetir el examen de historia, y así evitar ser químico, “es como jugar a ser Dios” había dicho.

El examen de historia lo tenés que repetir, sentencia el Xibalba, el viejo candelero avaro. 

El padre ausente en la vida, se hace presente en el sueño, padre de los dos hermanos enfrentados que son uno solo. 

El profesor desagradable, pintón, estricto, el que complica las cosas, porque le pone un límite al goce del sujeto, le impone la ley que en definitiva lo tranquiliza, le recuerda que se encuentra en el terreno de la neurosis, que está barrado, castrado…

Le pone un palo/falo impidiendo que la boca del cocodrilo/madre lo devore. 

Le advierte a Patricio que está instalado como sujeto del lenguaje del inconsciente.

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Licenciado en Psicología

Egresado de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Posgrado en psicoanálisis en Fundación Tiempo Atención psicoanalítica en consultorio privado y también con la modalidad a distancia vía telefónica con pacientes del interior del país [...]