El Psicoanalista de Jesús (Capítulo V)

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Historias, Psicoanálisis

– Ahá… Rahab …Cuénteme, lo escucho…
-Me da mucha vergüenza todo esto. Usted va a pensar que los judíos somos unos promiscuos, que no nos importa nada…
– José, usted es mi paciente, no lo voy a juzgar….,tranquilo, confíe, aunque yo no sea judío como a usted le gustaría…
Paracletos hizo una pausa, y dijo en tono aún más suave:
-Ahora dígame…¿por qué lo enoja tanto Rahab?
-Nada, doctor, ¡qué va a ser!…que era prostituta. Ya está, por suerte apareció uno que se quiso casar con ella, tuvo una suerte bárbara. Pero yo jamás lo habría hecho, dejó por el piso el nombre de la familia…
-Ahá…Pero póngase en el lugar de Rahab. ¿Le hubiese gustado que pese a su pasado alguien lo elija?
(A él lo eligieron con siete hijos que criar, pero a ella no la pueden elegir por haber sido “ramera”, caradura)
-No sé…creo que debe haber sido lindo para Salmón sacarla de esa vida de desprotección, de marginalidad. Imagino que la habrá tratado con mucho amor…- a José se le cayó una lágrima.- Debe ser muy lindo salvar a alguien del dolor…
– Entonces, ¿ por qué lo conflictúa que Salmón la haya elegido pese a su pasado?
-Y…yo no soy quién para juzgarlo. Pero si era príncipe, se debería haber buscado una mujer decente, pura, virgen…O por lo menos, no una prostituta. ¿Qué ejemplo le está dando a la juventud haciendo eso?
-Ahá…pura y vírgen, decente…continúe, por favor…
José comenzó a llorar desconsoladamente, sin poder controlarse.
-Lo escucho, José, tranquilo…cuénteme despacito, como usted pueda…
-María se casó conmigo embarazada, pero nosotros no habíamos tenido relaciones…
-¿O sea que…?
-Eso creí yo… Que me había sido infiel… Pero la amo tanto, que me dolía hasta el cuerpo pensar que me había sido infiel…Pensé en dejarla en secreto y no denunciarla, porque eso habría hecho que la apedreen…
(Evidentemente José siente que tuvo que salvar a María de la misma manera. Salvó a la adúltera del apedreamiento… Pero María lo salvó a él del dolor de criar a siete hijos sin madre…)
-Lo escucho, José, continúe por favor…Estoy aquí para usted…
-Doctor, yo sé que ustedes dicen que los sueños son expresiones de deseos. Pero yo le juro que me apareció un ángel y me dijo que el hijo que ella iba a tener era hijo de Dios, que la aceptara igual. Yo sé cuando sueño y cuando no, y esto era muy distinto, doctor, se lo juro….Dios me dijo que siga adelante…
( Linda fantasía para tapar que fue un cornudo, pero bueno…no está en condiciones de que se la desarme… Estos judíos y sus historias tan bizarras… Bué veamos que se puede hacer…a usar la creatividad se ha dicho …)
-José, no se preocupe. Es cierto que los analistas pensamos eso, pero yo voy a respetar sus creencias, quédese tranquilo. Lo que dice me parece muy interesante. ¿Acaso no creen ustedes que Dios es el dueño del amor y la ternura?
-Algunos, los fariseos no.-dijo José al tiempo que intentaba calmarse y se secaba las lágrimas.
-Usted, ¿qué piensa?
-Sí, Dios es tierno, me ha mostrado su amor y su cuidado siempre a lo largo de mi vida, y sobre desde que apareció Jesús.
-Bueno, el Amor nos sana muchas veces, ¿no le parece?
-¿A qué se refiere?
-José, ¿usted ama a María?
-Con todo mi ser.
-¿Ella lo ama a usted?
-Doctor… ¿por qué otra razón aceptaría hacerse cargo de siete hijos que no parió y arriesgarse a quedarse viuda siendo joven siendo yo mayor que ella?
-Bueno parece que se sanaron un poco mutuamente…
-Puede ser…
-¿No piensa que quizás fue su amor por ella y el de ella hacia usted lo que los llevó a casarse pese a todo? No voy a cuestionar si esta visión que usted tuvo fue un mensaje de Dios o meramente su realidad psíquica. En cualquiera de los dos casos, fue el Amor el que lo llevó a aceptar a María pese a su embarazo. ¿no?
-Pero porque Dios me dijo también…Sin eso, yo no podría haber aceptado. ¿Usted sabe lo que es ser viudo, doctor?Años y años sin tener sexo con nadie, extrañando el calor de una mujer en mi cama…Y aparece esta criatura hermosa, yo la respeto para casarme con ella, y la idea de que alguien más la hubiese tocado, de que alguien disfrutó de lo que yo intenté forjar con tanto amor…Me partía al medio, doctor…Además usted conoce a María, es incapaz de hacer algo así.

(Tengo que ser transcultural, tengo que adaptar mis conocimientos para curar, respetando el marco cultural y religioso de mi paciente…Lo dicho: creatividad, ven a mí…)
– José, todos tenemos luces y sombras. María también podría tenerlas, es su derecho, casi. Pero no importa, yo no estoy para juzgar a nadie. No es el punto, sino que aparentemente con problemas, con contradicciones, ella con un embarazo misterioso, y usted con siete hijos, se sanaron mutuamente. Dice la tradición japonesa, que se ama desde las heridas…Usted herido de viudez y ella, convertida en una paria por una decisión que aparentemente no fue de ella…
(Podrían haber pasado muchas cosas, María podría haber sido violada, podría ser que no sepa mucho sobre el funcionamiento de su cuerpo, que José se haya mentido sobre su relación con María, pero para este caso, no importa nada. Quizás hasta es un hijo de un dios como algunos de mi tradición griega ja ja ja. Me tiene sin cuidado Lo importante no es lo que pasó, sino la posición de José en todo esto…)
-Pero Dios me dijo que la acepte, Doctor.
-Me acaba de decir que Dios tiene mucho que ver con el Amor, José. Quizás para usted, el amor y Dios sean lo mismo.
José continuaba llorando, pero de manera más calmada
-Lo espero la próxima…

Epílogo

José aceptó que no era un héroe. Aceptó también que María lo había sanado y lo había conectado con la vida, más de lo que él la había salvado del apedreamiento. La depresión lo había aplastado más de una vez desde que había enviudado. María lo había ayudado a salir delante de la tristeza, y él nunca se lo había agradecido.
Luego de cinco sesiones concluyó sus encuentros con Paracletos, y vivió con mucha más paz. Aceptó ser amado por María, por Dios y por Jesús. Aprendió a mostrarse vulnerable y bajar la guardia.
Años después, unos 18 más desde ese entonces, Jesús se convirtió en un famoso rabino. José ya había muerto y no pudo sentirse orgulloso de él. Sin embargo, lo habría puesto contento, saber que su hijo confrontaría a los fantasmas moralistas de su sociedad, así como él tuvo que hacerlo en su vida personal, desde la aparición de Jesús en el vientre de la mujer que amaba, y finalmente, cuando tuvo la suerte de encontrar a Paracletos.
De esta manera, José y Jesús fueron dignos descendientes de Tamar, Rahab, Rut y Betsabé. Mujeres parias, estigmatizadas por una sociedad machista que las oprimía y que eligieron la vida y la justicia pese a ello.
Tan importante serían estas cuatro mujeres para Jesús, que años más tarde se lo contaría al más paria de sus seguidores : Mateo.
Mateo había sido publicano. Los publicanos eran los traidores judíos que trabajaban para Roma. Vendían su vida a Roma, de una manera quizás peor, de lo que lo hacían las prostitutas con sus clientes. Todos los odiaban y los señalaban, al igual que a las prostitutas.
Un día, Mateo encontró a Jesús. Había hallado en alguien que no lo juzgaba ni lo maltrataba. Los publicanos también se vendían por dinero, escondiéndose tras un velo glamoroso.
Fue por eso, que pese a que no era la costumbre incluir mujeres en las genealogías, al principio de la biografía que escribiera de Jesús, las incluyó a estas mujeres “inmorales”, haciendo que se destaquen en el conjunto masculino.
La moralidad humana, siempre ha sido una excusa para maltratar y someter a otros. Mientras que la de Jesús y sus ancestras ha sido la que redime a los pobres poniéndolos al lado de Dios.
FIN

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SicologiaSinP.com - Ivka Itzak

Psicoanalista

Diplomada en Género y Teología. Columnista en "La Conversación en Curso". Columnista en "Reisyt". Desde su web difunde una mirada crítica hacia las religiones, la fe y la ideología occidental, apostando por la búsqueda de una fe orgánica y descolonizadora. [...]