Otro domingo de poesía, en esta oportunidad una de nuestras colaboradoras Gaby Pedrotti nos regala un poema de su libro Conjugada. En contraparte tenemos al cubano Nicolás Guillén que se deja leer a través de Un poema de amor.
Busco.
Acá
Escribo,
la función es otra, que me encuentre.
Que se injerte alguna palabra en el significado y brote algo con sabor y olor
que se deje penetrar
es eso
que llegue y lo agarre y lo desnude con su cifra que el significado se entregue a la cifra.
Que la cifra lo diga, que la cifra lo cante que la cifra lo acaricie.
Y se vaya
Que la cifra se vaya.
Que desaparezca la cifra.
¿Te acordás del poliladron?
Así, el significante y el significado
uno busca…
el otro…………………………………………escapa.
¿Te acordás de la escondida? En la escondida decíamos ¡Piedra libre! Si se descubre. Si se descubre
libre
¿y antes?
Oculto
NO!
antes perseguido antes buscado antes no sabido ANTES NADA.
Un Poema de Amor
No sé. Lo ignoro.
Desconozco todo el tiempo que anduve
sin encontrarla nuevamente.
¿Tal vez un siglo? Acaso.
Acaso un poco menos: noventa y nueve años.
¿O un mes? Pudiera ser. En cualquier forma,
un tiempo enorme, enorme, enorme.
Al fin, como una rosa súbita,
repentina campánula temblando,
la noticia.
Saber de pronto
que iba a verla otra vez, que la tendría
cerca, tangible, real, como en los sueños.
¡Qué explosión contenida!
¡Qué trueno sordo
rodándome en las venas,
estallando allá arriba
bajo mi sangre, en una
nocturna tempestad!
¿Y el hallazgo, enseguida? ¿Y la manera
de saludarnos, de manera
que nadie comprendiera
que ésa es nuestra propia manera?
Un roce apenas, un contacto eléctrico,
un apretón conspirativo, una mirada,
un palpitar del corazón
gritando, aullando con silenciosa voz.
Después
(ya lo sabéis desde los quince años)
ese aletear de las palabras presas,
palabras de ojos bajos,
penitenciales,
entre testigos enemigos.
Todavía
un amor de «lo amo»,
de «usted», de «bien quisiera,
pero es imposible»… De «no podemos,
no, piénselo usted mejor»…
Es un amor así,
es un amor de abismo en primavera,
cortés, cordial, feliz, fatal.
La despedida, luego,
genérica,
en el turbión de los amigos.
Verla partir y amarla como nunca;
seguirla con los ojos,
y ya sin ojos seguir viéndola lejos,
allá lejos, y aun seguirla
más lejos todavía,
hecha de noche,
de mordedura, beso, insomnio,
veneno, éxtasis, convulsión,
suspiro, sangre, muerte…
Hecha
de esa sustancia conocida
con que amasamos una estrella.
Por: Nicolás Guillen
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