Estamos solos y somos del todo responsables de las decisiones que tomamos, esto nos da miedo y puede llevarnos a un nivel tal de angustia que incluso puede llevarnos a la desesperación.
La verdad de decidir genera miedo, hay un momento de la vida en las que las decisiones son solo mías y esta libertad nos da miedo.
Este estado nos lleva a no tomar la libertad de la responsabilidad de nuestra vidas y nos lleva a poner las expectativas en el otro.
No podemos responsabilizar al otro por las expectativas que yo he puesto en ellos, sobre las actitudes para que el otro tenga conmigo.
En estos días he tenido unas cuantas charlas profundas, en tono de diálogo, de calma y de enojo. Así como no podemos responsabilizar al otro por las expectativas que pusieron en nosotros, no podemos hacernos cargos de ellas.
Es difícil ser libre y asumir la carga de la responsabilidad de ser libres. A veces es como que estamos en la cornisa de un edificio y podemos dar un paso hacia adelante y caer al precipicio o podemos dar un paso hacia atrás y volver a suelo seguro, aunque una tercer opción es mantenernos en la cornisa.
Nuestras decisiones son solo nuestras y es una pena cuando nos podemos asumirlas y las depositamos en el otro.
Totalmente en desacuerdo, es un pensamiento pesimista? La vida no es Así, la vida es bella y vivirla es un hermoso desafío.