El fantasma de Silvio, los fantasmas en el amor

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Arte y Mente

Pueden ser casualidades u otras rarezas que pasan, pero donde quiera que ando todo me conduce a ti.

El amor, tan diverso como personas existen en el mundo, principal motivador de canciones, fuente de inspiración del mundo, todos le cantan para exaltar alegrías, compartir fracasos o recordar fantasmas que perduran a lo largo de nuestra existencia. En más de una ocasión nos hemos sentido identificados con más de una letra de canción que de una forma aparentemente mágica describe alguna experiencia de vida pasada o presente. La escuchamos reiteradas veces y mientras más la atención se le presta, mayores son las similitudes que hayamos y hasta llegamos a pensar que irónicamente pudo haber sido escrita basada en la situación que vivimos o que estamos viviendo. Al decir del filósofo alemán Arthur Schopenhauer: En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad.

Corre el año 1980, ve la luz el álbum Tríptico en su volumen III, nueve canciones compuestas al más puro estilo de Silvio Rodríguez. Manera, si no oportuna, premeditada, de iniciar su discurso cancionero con una verdadera obra poética dedicada al amor y la añoranza por la ausencia/pérdida de un amor, al parecer trascendental, necesario e infinito en el tiempo, hacemos referencia a Tu fantasma.

Me decido a tararearte 
todo lo que se te extraña, 
desde el siglo en que partiste 
hasta el largo día de hoy.

Susan Sontag lo hace explícito cuando expresa que: amar duele. Es como entregarse a ser desollado y saber que en cualquier momento la otra persona podría irse llevándose tu piel. En perfecta sintonía con la frase anterior y a modo de canción, nuestro Silvio canta en versos lúcidos, la utopía de un amor perdido y la épica lucha que mantiene consciente en tratar de recuperarlo, convierte el tema en un canto a la esperanza, en una fe inquebrantable en lo que se quiere y lo que se cree, esto no quiere decir siempre que sea saludable o bueno para el alma. Canción de lucha, canción de amor. La vida permanece intacta, solo es él quien se encuentra revolucionando sus ideas, repensando tácticas. La solución, delirar con el fantasma. El amor nos absorbe, hace que hasta los más inimaginables detalles traigan remembranzas a la mente.

Especialmente la casa 
me resulta insoportable, 
cuando desde sus rincones 
te abalanzas sobre mí. 

No exagero si te cuento 
que le hablo a tu fantasma, 
que le solicito agua 
y hasta el buche de café.

La vida se convierte en un martirio, pero uno de esos que da placer vivirlo. Indirectamente Silvio nos convida a vivir la vida de manera intensa, con todo lo que implica este reto. Ya sea en alegrías o como en el caso de Tu fantasma, rodeado de tristezas y duelos por amores perdidos/fracasados. Al decir de Milan Kundera: el tiempo humano no da vueltas en redondo, sino que sigue una trayectoria recta. Ese es el motivo por el cual el hombre no puede ser feliz, porque la felicidad es el deseo de repetir. En este caso el fantasma resulta la causa de felicidad. La persona que aparentemente sufre en esta canción se encuentra en un conflicto del tipo de Aproximación – Evitación en el que se enfrenta con tendencias o aptitudes contradictorias dirigidas hacia el mismo objeto y los versos así lo expresan:

Siempre termino en lo mismo: 
asesino tu fantasma, 
y la diana me sorprende 
recostado en el balcón.

El personaje de Tu fantasma se encuentra sometido a una gran frustración que no es otra cosa que el efecto emocional derivado de la acción de frustrar y la incapacidad para manejar un suceso de manera constructiva. Durante toda la canción da muestras de elementos que manifiestan su vulnerabilidad a las frustraciones. En este sentido se aprecia como su círculo de necesidades es estrecho, al mismo tiempo de evidenciar incapacidad para darle movimiento a la jerarquía de las mismas. Todo gira en torno a la persona amada, a recuperar lo perdido pero desde una posición en suma facilista o idealista, como de resignación. Le canta, le escribe y le cuenta de cómo continua la vida y la casa intacta desde que partió, cómo si la partida quizás no hubiera sido el producto de esas mismas cosas que él insiste en recordar. Es incapaz de buscar alternativas y formas nuevas de reestructurar su comportamiento, síntoma claro de su debilidad ante lo perdido. Cierre total al mundo, acceso cerrado para quien decida traficar palabras que conlleven a actitudes belicosas o negativas para con su bien amada no correspondida.

Desarmado por completo se rinde, se percata de la esterilidad de tanto esfuerzo, pareciera que sale de una vez de su delirio pero es solo una pequeña ilusión. Demasiados poderes tienen esos fantasmas que nos hacen volver siempre al punto de partida y darnos cuenta de nuestra imperfección de hombres, acomodados la mayoría de las veces a las soluciones más simples.

Ya no sé si lo que digo 
realmente nos hace falta, 
hoy no es día inteligente 
y no sé ir más allá.

Pero cuando puedas, vuelve, 
porque acecha tu fantasma, 
jugando a las escondidas 
y yo estoy muy viejo ya. 

*Letra y audio de la canción

Me decido a tararearte
todo lo que se te extraña,
desde el siglo en que partiste
hasta el largo día de hoy.

Me acompaño de guitarra,
porque yo no sé de cartas,
y además ya tú conoces
que ella va donde yo voy.

Lo único que me consuela
es que uso dos almohadas,
y que ya no me torturo
cuando te hago trasnochar.

Otro alivio es que en su árbol
los pajaritos del alba,
siguen ensayando el coro
con que te bienvenirán.

El teléfono persiste
en coleccionar absurdos,
embromarme sigue siendo
un deporte universal.

Y la puerta está comida
donde la ha golpeado el mundo
cuando menos una buena parte
de la humanidad.

El cine de enamorados
tuvo un par de buenas pistas,
nuestro cabaret privado
sigue activo por su bar.

Se nos sigue desangrando
la llave de la cocina,
y yo sigo sin canciones
habiendo necesidad.

Pueden ser casualidades
u otras rarezas que pasan,
pero donde quiera que ando
todo me conduce a tí.

Especialmente la casa
me resulta insoportable,
cuando desde sus rincones
te abalanzas sobre mí.

No exagero si te cuento
que le hablo a tu fantasma,
que le solicito agua
y hasta el buche de café.

En días graves le he pedido
masajes para mi espalda,
los peores ni te cuento
porque no vas a creer.

Hay días que en tu sacrificio
acaricio tu fantasma,
pero donde iba el delirio
no oigo tu respiración.

Siempre termino en lo mismo:
asesino tu fantasma,
y la diana me sorprende
recostado en el balcón.

Ya no sé si lo que digo
realmente nos hace falta,
hoy no es día inteligente
y no sé ir más allá.

Pero cuando puedas, vuelve,
porque acecha tu fantasma,
jugando a las escondidas
y yo estoy muy viejo ya.

Pero cuando puedas, vuelve,
porque acecha tu fantasma,
jugando a las escondidas
y yo estoy muy viejo ya.

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