Adicciones: desmitificación y realidad

Adicciones desmitificación y realidad

Adicciones

Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento.

Viktor Frankl

Como educadores, profesores, padres, jóvenes, adolescentes o niños, es hora de percibir este problema desde otro paradigma, desde otro modelo y desde otra manera de enfocar el problema. La prevención y sobre todo cómo vivir una adicción antes o después de que se produzca resulta clave para superar o bien curar este mal estar moral.

¿Qué dice el adicto al ver que ha sumado, adicionado algo a su vida que no estaba? Sabed sufrir, sabiendo sufrir, se sufre menos. ¿Y qué decir de todos vosotros que quizá conocéis algún caso y os ha tocado vivir este infierno? Vuestro comportamiento es muy importante para nosotros porque como adictos ya no sabemos existir y necesitamos volver a vivir, volver a sentir un placer normal, volver a perdonarnos una y otra vez y para eso, vosotros sois una pieza clave. Los mensajes de culpabilidad del pasado no tienen eficacia y son crueles y desproporcionados, porque el adicto no es el sujeto culpable de su enfermedad sino objeto de la misma, es responsable sin duda del consumo y de su recuperación, pero no de su enfermedad. La enfermedad se puede producir o no y todos somos vulnerables. Es hora de ver la otra cara de la adicción y es hora de empezar a soñar con un nuevo despertar, una nueva generación de jóvenes comprometidos e ilusionados con una vida sana y pura, porque no podremos evitar los riesgos ni eliminar las drogas o los comportamientos adictivos de circulación, pero si podemos cambiar el destino de los acontecimientos y si podemos acoger en brazos este sector de la sociedad y reincorporarlos a la redención en su defecto.

Mitos falsos que deben superarse

La primera de las victorias es aceptarse uno mismo. Sin engaños, sin mitos, sin mentiras. No es un fracaso definirse como cocainómano y aceptar que mi cerebro y en concreto la zona accumbens y el sistema límbico están sensibilizados para siempre, aunque el consumo haya desaparecido. Aceptar la enfermedad no es un fracaso porque este drama tiene muy poco que ver con la voluntad, con la fuerza de voluntad, algo contrario a lo que siempre se creyó y a lo que siempre se enseñó y por lo que ha resultado tan difícil percibir u obtener resultados optimistas, tanto en los enfermos como en los familiares. La fuerza de voluntad ha sido un arma de doble filo y a la que conviene que situemos en su debido lugar. Logan, que como sabéis es quien os escribe, nunca más volverá a tener un cerebro “no adicto” y aceptar esto emocionalmente, porque intelectualmente siempre es más sencillo, pero aceptar esta información de forma emocional es la primera de las victorias, aceptarse de esa manera siempre es más complicado. La adicción se alimenta de falsedades y el consumo del deseo de lo que debería producir ese consumo, está repleto de espejismos falsos. Desde el propio cerebro adicto que engaña al sujeto enfermo hasta las frases equivocadas y mezcladas con verdades parciales son enormes paradojas de la gran realidad que se esconde en y con el consumo. Existen mitos que todavía deben ser superados, veamos algunos de ellos, por ejemplo:

  • Los adictos son malos, locos o estúpidos (falso)
  • La adicción es un problema de voluntad (falso)
  • Los adictos deben ser castigados (falso)
  • Los adictos no pueden ser tratados con medicamentos (falso)
  • La heroína no es peor que otras drogas (falso)
  • La adicción se recupera de forma instantánea (falso)
  • Debe haber un programa similar para todo tipo de adicción (falso)
  • Nunca se puede obligar a nadie a buscar tratamiento (falso)
  • El alcohol combate el frío (falso)
  • Los que recaen en la adicción no se pueden recuperar (falso)
  • Las drogas aumentan la capacidad sexual (falso)
  • Los que usan drogas se divierten más (falso)
  • La adicción es una decisión no una enfermedad (falso)

La adicción se define como una enfermedad crónica y progresiva del cerebro desarrollada a través de recaídas y caracterizada por la búsqueda del uso compulsivo de drogas o alteradores del estado de ánimo que, a pesar de las consecuencias nocivas que presentan su consumo o su comportamiento, este hábito se perpetúa, modificando la neuroplasticidad del cerebro.  La adicción se considera una enfermedad del cerebro porque las drogas, o los alteradores del estado de ánimo, cambian al cerebro: modifican su estructura y cómo este funciona. Estos cambios pueden durar largo tiempo y llevar a comportamientos peligrosos en el que se ven expuestos las personas que abusan de las drogas. ¿Cómo es el paso entre un consumo esporádico a un consumo compulsivo? ¿En qué momento la droga deja de ser lo que era para convertirse en un boomerang destructor absolutamente contrario a lo que había prometido ese consumo en su luna de miel?

Hasta aquí esta primera entrega, la semana próxima hablaremos sobre algunos consejos o sugerencias para lograr el éxito sobre las adicciones

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